Conocer las relaciones que se establecen entre el agua de un acuario y los peces que lo habitan es importante para mantenerlos en las condiciones adecuadas.
José Martínez Lloret
Sociedad Acuariófila Valenciana (SAV)
Muchas de las interrelaciones y procesos que surgen dentro de los acuarios se escapan a los conocimientos de un mero aficionado. Pero sí que pueden tenerse unas nociones básicas de lo que resulta estrictamente necesario saber.
Interactividad
Con respecto a los humanos y en general a los mamíferos, los peces tienen una gran desventaja, y es que su medio acuático no solo les rodea, sino que además es interactivo con ellos y penetra en su interior, sin posibilidad de evitarlo.
El agua forma parte importante de todos los seres vivos y además en un porcentaje elevado. De hecho, en los mamíferos llega hasta el 65 %, y alrededor de un 70 % en la mayoría de los peces. Incluso podemos encontrar animales acuáticos, como por ejemplo las anémonas y otros muchos invertebrados marinos, cuyo cuerpo está compuesto por un 95 % de agua. Todos estos animales no solo viven rodeados de agua, sino que además deben sufrir continuamente el trasvase del agua de sus propios cuerpos hacia el exterior y viceversa.
Algunas especies acuáticas como anémonas y otros invertebrados marinos tienen un 95 % de agua. Clic para tuitearTodo esto es debido a que las paredes de las células son permeables, y hay una razón química para ese trasvase: el agua que contiene esas células y la del exterior no tiene la misma cantidad de sales disueltas, por lo que irremediablemente el agua con menos concentración fluirá hacia la de mayor concentración, para igualar sus valores.
Esto, dicho así, parece sencillo. El problema estriba en que si fueran totalmente permeables llegaría un momento que se igualarían y ya está. Pero el caso es que la pared celular solo deja pasar moléculas de agua, mientras que las sales disueltas se quedan donde están. Por eso siempre es un proceso de adaptación, pero jamás se igualan los valores.
A este fenómeno se le denomina la presión osmótica.
Concentración de sales
El agua que antes mencionábamos que forma parte de todos los seres vivos tiene una solución de sales del 1 %. Según los estudios al respecto, era de igual valor al de las sales disueltas en todos los océanos y masas de agua en los inicios de la vida en la Tierra.
Toda la vida que se formó desde ese inicio en los medios acuáticos y posteriormente durante millones de años has ta nuestros días se ha mantenido con esa misma concentración, la misma que el medio donde vivían.
En la actualidad y en un futuro, todos nuestros tejidos, fluidos corporales, sangre, etc., tienen un 1 % de sales disueltas, y como el caso que nos ocupa, los peces y animales acuáticos también.
Pero la tierra y los medios acuáticos han evolucionado de diferente manera: por una parte, los mares y océanos han aumentado su concentración de sales, y en la actualidad están en una media de alrededor del 3,5 %. Entre las causas de ello se encuentra la evaporación, la disolución de más sales, etc.
También podemos encontrar aguas con menos de ese 1 % inicial. Son, en este caso, todas las agua dulces que se formaron a raíz de la condensación de esa evaporación de los antiguos océanos y de los actuales, y que fueron desplazando las sales hacia las partes más bajas siguiendo el curso de los ríos.
Este es el momento actual, con la transformación de esas aguas con un 1 % de sales en disolución en su inicio hasta hoy, con aguas con menos de ese 1 % hasta los 3,5 % de la mayoría de los océanos.
Relaciones
Los antiguos peces no padecían ningún tipo de presión osmótica, ya que la del interior de sus células y la exterior del medio acuático donde vivían era la misma. Esta relación se llama isotónica, pero en la actualidad podemos encontrar dos relaciones más:
- la de los peces marinos, en la que sus células tienen menos sales disueltas que el medio donde viven y se denomina hipotónica.
- la de los peces de agua dulce, cuyas células tienen más sales disueltas que el agua donde habitan, y la llamamos hipertónica.
La denominada osmorregulación es la solución de los peces a estos problemas.
Dos tipos de procesos
Podemos encontrarnos con dos tipos de procesos:
Agua dulce
Por una parte está la de los peces de agua dulce, que al tener más sales disueltas en su organismo que en las aguas donde viven están continuamente recibiendo fluido de agua hacia su interior, básicamente por las agallas, pero también en alguna medida por las mucosas.
Esto requiere que, de igual manera, necesiten evacuar esta cantidad de agua sobrante, porque de lo contrario morirían. La manera de hacerlo es por medio de sus riñones básicamente, que llegan a generar hasta un 12 % del peso corporal al día. Dicho así no parece demasiado, pero si hacemos la comparación con una persona de unos 75 kilos de peso, equivaldría a producir al cabo del día 9 litros de orina.
Agua marina
Para los peces marinos el problema es inverso: viviendo como viven en la inmensidad del mar y por lo tanto rodeados de agua, se deshidratan al perder enormes cantidades de su fluido corporal, por lo que deben beber literalmente toda el agua necesaria para reponer esa pérdida constante.
Al tener que ingerir tanta cantidad de agua marina, deben de eliminar las sales que ingieren junto a esta, y lo hacen básicamente por medio de unas glándulas especiales que poseen bajo las agallas, en unas especies, y en otras —básicamente las referentes a la familia de los tiburones y rayas— por medio de un órgano similar que poseen junto al ano y que excretan junto con las heces.
Uno de los motivos por los que los peces marinos son más susceptibles a la contaminación del agua y concentraciones discretas de nitratos y nitritos, que para los peces de agua dulce son tolerables, es por esa cantidad de agua que necesitan ingerir en su organismo y junto con ella toda la contaminación, cosa que en los peces de agua dulce es mucho menor. También existe la osmorregulación en los peces de estuario y los de aguas salobres, y en general en todos aquellos que por sus hábitats y condiciones especiales viven en sistemas cambiantes en cuanto a niveles de salinidad.
Estos, a diferencia de los de agua dulce y los marinos, deben tener un sistema de osmorregulación variable que les permita acoplarse a las necesidades en cada momento de sus etapas de vida.
Halinidad
Aquí podemos encontrarnos con otro término, al que llamaremos halinidad, con el que denominaremos la capacidad de las diferentes especies de peces para adaptarse a los cambios de salinidad y diferentes grados de dureza que existen en el agua.
La halinidad es la capacidad de los peces para adaptarse a los cambios de salinidad del agua. Clic para tuitearNos podemos encontrar con especies muy poco tolerantes a estos cambios y con una adaptación lenta y prácticamente nula de posibilidades de supervivencia. A estos peces los denominaremos como stenohalinos, y podríamos poner como ejemplo a los Discos, neones, carpas, y también a todos los peces marinos en general.
Por otra parte nos encontraríamos con las especies con una rápida adaptación a los cambios de salinidad, a cuyos ejemplares llamaremos eurohalinos. Entre ellos podemos encontrar numerosas especies de peces de aguas salobres y que viven en aguas saladas y nacen en aguas dulces, como los salmones, anguilas, scatophagus, etc. También se incluyen en este grupo algunas especies de killis, mollis y otros representantes de los vivíparos.