Arneses, correas y collares para perros, ¿qué escoger?

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Existen en el mercado una gran varie­dad de arneses, correas y collares para perros, cada uno de ellos de diversos materiales y formas, adecuados para di­ferentes animales. Todos estos artículos tienen dos funciones muy importantes: el control y la educación del perro.

Arnés para perro.

 

Javier Rodríguez Batallé
Educador canino

Muchos de estos utensilios se utilizan sólo para controlar normalmente al ani­mal, que debe pasear sujeto, para evitar el peligro de cruzar la calle sin permiso, escaparse o molestar a otros viandantes. Pero también existen otros cuya fun­ción principal es la educación del perro y la modificación de algunas conductas problemáticas como, por ejemplo, tirar mucho de la correa, manifestaciones de agresividad o miedo, ladri­dos excesivos, o comer y coger cosas del suelo de forma continuada.

Para saber es­coger el tipo de sujeción más apro­piado hay que tener en cuenta la raza, el tamaño y la fuerza del animal. No es lo mis­mo pasear a un Yorks­hire con un Flexi que a un Dogo. Un Chihuahua no puede llevar un pesa­do collar metálico, como un fino arnés no es apropiado para un Mastín. El tipo de raza también es importante. A los perros de hocico muy corto, como bulldogs o boxers, el Halti no se les adapta bien; además, como pueden padecer proble­mas de tráquea, lo más aconsejable es el uso de un arnés.

Antes de recomendar a los clientes cualquier collar o correa hay que conocer bien las características, funciones y forma de utilización de cada tipo, así como cuál es el más adecuado para las necesidades del propietario y las del perro.

Collares para perros con fines educativos

Los collares más co­rrientes son de cuero o tejido resistente, indicados para cachorros y perros adul­tos sin problemas de conducta. Son los llamados collares de paseo.

Hay otros collares que se utilizan prin­cipalmente en el adiestramiento. Son el collar de cabeza, los metálicos y los electrónicos. El collar de cabeza tiende a confundirse con un tipo de bozal, a pesar de que no lo es. Los collares metálicos suelen ser definidos como collares de ahogo, estranguladores o de castigo, pero no lo son, ya que un collar nunca es concebi­do para castigar o hacer daño al perro. Simplemente hay que saber cómo se utilizan. Los collares eléctricos solamente deben usarse en casos muy concretos.

El uso de estos collares educativos debe ser siempre recomendado por un profe­sional de la educación canina, ya que un mal uso puede conllevar consecuencias peligrosas para el animal.

Collar para perro.

  • El collar de cabeza

También conocido como Gentle Leader o Haití. Es un ronzal para perros semejante a la brida de los caballos. Su diseño per­mite tener el control del perro manejando su cabeza, y su función principal es evitar los tirones de correa, aunque también se utiliza en la corrección de varios compor­tamientos como, por ejemplo, la agresivi­dad o el coger o comer cosas del suelo. El perro puede beber, comer, abrir la boca y morder.

Es un collar muy recomendable para el control y adiestramiento de cualquier pe­rro, su único inconveniente es que el ani­mal necesitará un periodo de adaptación para aceptarlo sin problemas. De lo contra­rio, el perro, además de ponerse nervioso por no tener la costumbre de ser dirigido por la cabeza y tener el morro sujeto, se sentirá incómodo y tenderá a quitárselo va­liéndose de las patas.

  • El collar de eslabones

Se trata de un collar corredizo de esla­bones metálicos concebido para ejercer una ligera presión en el cuello del perro, y los hay de dos tipos, el deslizante y el semideslizante. El deslizante se coloca de una manera u otra dependiendo del lado donde se quiera llevar al perro. Hay una técnica muy fácil para hacerlo. Consiste en dibujar una P con el collar y colocársela de frente al perro si queremos llevarlo a la izquierda, invirtiéndola horizontalmente si lo queremos llevar a la derecha. De esta manera, el collar no ejerce ninguna pre­sión. El semideslizante se puede colocar de cualquier manera y es aconsejable para perros pequeños; como su nombre indica, el deslizamiento no es completo.

Sus funciones son múltiples en el adies­tramiento, y se utiliza para dar pequeños to­ques rápidos y secos de atención al animal, para luego, inmediatamente, liberarle de la presión. Por esta razón, es sumamente im­portante su colocación y manejo, porque de lo contrario puede llegar a lastimar al perro.

  • El collar de púas

Mal llamado collar de castigo, es un collar metálico semi-deslizante con púas romas, que se coloca con éstas hacia den­tro. Existen, además, para mayor seguri­dad, collares con las púas rematadas con pequeños tampones de goma. Se utilizan, sobre todo, para activar al perro, conseguir mayor rapidez en sus movimientos y co­rregirle sin ejercer demasiada fuerza con la correa, dando al perro suaves toques de atención. Es importante que las púas ten­gan un acabado redondeado para no cau­sar ningún daño.

Uno de los errores más comunes en el uso de este collar es colocarlo al revés, con las púas hacia fuera, para evitar que el pe­rro sea mordido en el cuello. En realidad, es muy peligroso, ya que dos perros, aun­que sea jugando, pueden quedarse engan­chados por el collar. Entonces el juego se convierte en una pelea para recuperar la libertad, con la consiguiente dificultad de los dueños para separar a los animales.

Todos los collares metálicos deben retirarse cuando el perro llega a casa, ya que cabe la posibilidad de que pueda engan­charse con alguna cosa.

Correas para sujetar los collares y arneses

Las correas sirven para sujetar los colla­res o arneses y así poder manejar cómo­damente al perro. Son indispensables para sacarlos a la calle. Las hay de diversos ma­teriales, de longitud y anchura distinta, e incluso extensibles.

Las de cuero dobles con dos mosquetones y tres o cuatro anillas son las más utilizadas en el adiestramiento, ya que pueden ser graduadas en longitud y servir para diversas funciones (por ejemplo, suje­tarla a un árbol o colocarla en bandolera). Son también recomendables para cualquier propietario de un perro grande o mediano, porque, además, son muy resistentes. Exis­te una versión en nylon.

Las correas de tela, plástico, cuero y nylon son útiles para la mayoría de perros, sobre todo medianos y pequeños; mientras que las metálicas son adecuadas en el caso de un perro destructor de correas.

El Flexi es una correa extensora de gran longitud, de cinta o cordón, que sirve para controlar la distancia del perro. Sólo hay que apretar un botón para detener la ex­tensión y la correa se enrolla automática­mente. Además, la distancia puede perma­necer fija si se desea. Su principal ventaja es que permite al perro una libertad de movimiento mucho más amplia que las de­más. Es sólo recomendable para animales pequeños o que no tiren demasiado.

También existen correas dobles, gradua­bles, para pasear a dos perros simultánea­mente, incluso de distinto tamaño.

A nivel profesional, en el adiestramiento, se utiliza también la correa de pista, que es una cinta o cuerda trenzada de gran lon­gitud (de 5 y 10 m) que sirve para poder entrenar al perro a distancia y controlarlo en algunos ejercicios, como, por ejemplo, la llamada.

correas

Arneses para perros

Los arneses son unos objetos que se adaptan al cuerpo del perro y ejer­cen presión en el pecho. Son recomendables para canes que padecen problemas traqueales, como el Bulldog, el Boxer y otros de hocico corto, a los que un collar puede dañar si se tira de la correa excesivamente.

En contra de lo que piensa mucha gente, los arneses no evitan que el perro tire, sino todo lo contrario: como la mayoría de animales, los perros tienen un reflejo que hace que al sentir presión en el pecho, empujen en sentido contrario para compensar. Por esta razón los perros de trineo llevan arneses para arrastrar con fuerza su carga.

También existen unos arneses anti-tensión, que evitan los tirones hacia delante del perro. Es­tos arneses proporcionan un control total sobre los hombros del perro y tienen dos cintas corredizas que pasan por deba­jo de las axilas y se atan a la correa. De este modo, cuando el perro tira en ex­ceso, las cintas se ajustan, presionan sus axilas y consiguen que el perro se detenga. Está indicado para los perros muy excitables que tiran mucho de la correa.

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