Como respuesta a las necesidades y demandas de los propietarios, la variedad de artículos para gatos se ha incrementado en los últimos años.
Un estudio realizado hace años por la Universidad de Bristol señalaba que la probabilidad de que un propietario de gato tenga estudios universitarios es más alta que la de que los tenga un dueño de perro. ¿Significa esto que el hecho de tener un gato como mascota nos hace más “inteligentes”? La explicación podría ser otra. Al parecer, las personas que eligen tener este tipo de animal lo hacen porque tienen poco tiempo y un gato no necesita que lo paseen ni echa de menos tanto la compañía humana como un perro. Según estos investigadores ingleses, las personas con estudios superiores trabajan más horas que el resto de la población y por eso un gato se ajusta perfectamente a su estilo de vida. Esta explicación, si bien puede ser cierta para Reino Unido, quizá no sería aplicable a nuestro país. No obstante, independientemente de la educación de cada persona, no podemos ignorar que el perfil de propietario de perro y gato es algo diferente por el propio carácter de estas especies.
Mercado de artículos para gatos en expansión
La creciente humanización de las mascotas ha provocado el surgimiento de una serie de necesidades por parte de los propietarios. Si bien en el caso del mercado de accesorios para los perros es más evidente, esta tendencia se va extendiendo a otras mascotas, entre ellas los pequeños mamíferos y, por supuesto, los gatos.
Hasta no hace demasiados años, el propietario de un felino iba a la tienda especializada para adquirir alimento (seco o húmedo), arena sanitaria y algún juguete o premio ocasional. El surtido de collares no era excesivamente amplio y el cliente podía elegir como mucho el color de la bandeja sanitaria y del comedero. En la actualidad, los propietarios demandan más variedad de productos, por lo que el mercado de artículos específicos para gatos se ha ampliado notablemente. Por eso, es fundamental que el comerciante conozca las particularidades de esta especie para poder asesorar correctamente al cliente.
Eternamente sano
Tradicionalmente se ha considerado que el gato es un animal “barato” de mantener en cuanto a que no “necesita” ir al veterinario, sobre todo si vive en un piso y no sale nunca de casa.
Sin embargo, un gato es un ser vivo, y como tal puede padecer enfermedades por muy bien cuidado que esté. A esto hay que sumar conductas como el marcaje, o incluso la agresividad, que pueden hacer que termine pasando por quirófano para una castración. Tras ella, y si no se siguen las pautas de alimentación que indica el veterinario, puede venir la obesidad y todas las complicaciones que eso conlleva. No podemos olvidarnos tampoco de los numerosos casos de enfermedad del tracto urinario inferior felino (FLUTD). En definitiva, asumir que un gato es inmune a las enfermedades hasta que ya es viejo es un error que muchos propietarios cometen.
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