¿Vendéis hurones en vuestros comercios? Aquí os dejamos información útil sobre esta especie que gana adeptos día a día entre los amantes de los animales de compañía.
Sergi Conde Lázaro
Siconatura
La fama alcanzada por los hurones en los Estados Unidos y en países del norte de Europa ha sido el principal trampolín de este animal para su entrada en los hogares españoles. Actualmente es una de las mascotas más populares en nuestro país.
El hurón (Mustela putorius furo) tiene su origen en el turón europeo (Mustela putorius), del que antaño se domesticaron ejemplares con el fin de controlar a las plagas de roedores y de emplear su instinto cazador para la caza de conejos en madrigueras. El contacto con los humanos durante más de 2.000 años fue dando paso a una progresiva domesticación hasta nuestros días.
La esperanza de vida de la especie se sitúa entre los 5 y los 12 años, siendo 7 u 8 años la longevidad habitual. Generalmente alcanzan la madurez sexual la primera primavera tras su nacimiento, y transcurridas 6 semanas desde la cópula nacen entre 1 y 18 crías, que serán independientes entre las 6 y las 8 semanas.
El tamaño de los hurones adultos varía según su sexo, y si un hurón macho alcanza de 1 a 2 kg, una hembra pesaría aproximadamente la mitad. Al esterilizarse antes de completar el destete, el tamaño de machos y hembras sería similar. Cabe mencionar también que los hurones presentan marcadas variaciones estacionales en cuanto a peso y estado de su pelaje.
Variaciones intraespecíficas
Se aceptan dos grandes líneas morfológicas básicas de hurones a las que se denominan popularmente “galgo” y “bulldog”. El primero, típico de zonas templadas o cálidas, presenta una cabeza puntiaguda, su cuerpo es alargado y delgado con el lomo arqueado y su pelo resulta un tanto áspero. Los del tipo “bulldog” suelen provenir de lugares más fríos, y la evolución les ha dotado de mayor tamaño en longitud y anchura, presentando un pelaje denso y suave.
En cuanto a las coloraciones, el pelaje natural de los hurones es el denominado “clásico”, también conocido por “fitch” o “sable”. Es negruzco con la zona inferior de color crema, patas y cola oscuros, y una máscara negra en su cara. Los otros dos patrones naturales son el albino y el canela (“cinnamon” o “sandy”).
Actualmente existen unas treinta variedades de color reconocidas. Entre ellas destacan el “silver”, el “blanco de ojos negros”, el “chocolate”, el “siamés”, el “panda”, o el “shetland”.
Aparte de los diferentes tonos de color, desde hace algunos años podemos encontrar también hurones “angora”, con un pelaje de entre 8 y 10 cm. de largo, o hurones “curly”, de pelaje ondulado.
La elección del hurón
Las características que deben señalársele a los propietarios cuando estos quieran hacerse con un hurón, además de la valoración de su aspecto físico, deben ser las siguientes:
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Sociabilidad
Generalmente los hurones se dejan coger sin problemas si se sostienen con seguridad, proporcionándoles estabilidad. No son extraños los mordiscos durante los primeros días de convivencia, y si este comportamiento persiste, aparte de insistir en establecer límites, puede recurrirse a repelentes de manzana amarga como una solución generalmente efectiva.
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Salud
Es importante comprobar que se trata de animales activos, con respiración acompasada, un pelaje abundante y lustroso, ojos y hocico limpios, y sin malformaciones o lesiones aparentes. También debe comprobarse que sus deposiciones son compactas, nunca de color verde, y exentas de mucosidades o puntitos rojos, posibles indicadores de enfermedades bacterianas o parasitarias.
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Vacunas
Es importante que estén vacunados contra el moquillo y revacunarlos anualmente. La vacunación antirrábica es obligatoria en desplazamientos internacionales, y su uso general queda supeditado a la normativa sanitaria de cada comunidad autónoma.
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Identificación y documentación
Desde el 1 de octubre de 2004 (Diario Oficial Unión Europea 27/11/2003 L312) se exige que los hurones vayan acompañados de un pasaporte para animales de compañía para circular en el territorio de la UE. Si se trata de animales nacidos en España, para permanecer dentro del territorio podrán ir acompañados de una cartilla sanitaria, pero en ambos casos esta documentación comporta su identificación obligatoria, generalmente a través de un microchip.
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Desodorización
Su característico olor puede reducirse en gran medida, aunque nunca eliminarse por completo. El uso de productos alimenticios de calidad, y unas buenas condiciones higiénicas en el habitáculo y del propio animal reducirán en parte este olor.
Las otras fuentes principales de olor en los hurones se deben a sus glándulas defensivas, a su orina y a sus glándulas sebáceas. Así que algunos propietarios optan, o se ven obligados mediante normas legales, por extraer quirúrgicamente las glándulas defensivas perianales y/o esterilizarlos. Al esterilizarlos, los machos dejan de marcar su territorio con orina de alta concentración hormonal. En el caso de las hembras se reducen considerablemente los riesgos de infección durante su prolongado celo y de aparición de tumores, y se evitan los frecuentes cuadros de anorexia.
Alimentación de los hurones
Salvo prescripción veterinaria, la alimentación principal se les proporcionará a voluntad, y consiste principalmente en alimento específico para hurones, que les aporta los nutrientes necesarios (32-40 % de proteína animal, 18-30 % de grasa animal y bajo en carbohidratos complejos y fibra).
Ocasionalmente se les pueden suministrar pequeños pedazos de fruta, alimento enlatado o golosinas para hurones y es recomendable administrarles complejos vitamínicos también específicos para ellos. Deben tener agua limpia a su alcance, y para evitar que la tiren o ensucien es muy recomendable utilizar bebederos de tipo biberón.
Pueden desarrollar bolas de pelo en su sistema digestivo, por ello es indicado complementar regularmente la dieta con laxante de malta para hurones.
Habitáculo
Para mantener un hurón en casa hay que recomendarle al propietario que lo más práctico es instalarlo en un habitáculo lo más grande posible, en el que permanecerá mientras no se le pueda supervisar. Sólo se muestran activos unas pocas horas al día, de manera que pasarán la mayor parte del tiempo descansando plácidamente. No obstante, vale la pena enriquecer su habitáculo incluyendo juguetes y accesorios diversos como hamacas o túneles en los que esconderse. Las pelotas o los mordedores también resultan un buen complemento.
Cuando esté fuera del habitáculo hay que procurar que haga ejercicio, ya sea a través de juegos, o de paseos con ayuda de una correa y un arnés. Resulta fascinante ver a los hurones jugar con sus congéneres, incluso con perros o gatos que conozcan, aunque procuraremos evitar el contacto con animales de los que desconozcamos su estado de salud. Por precaución, evitaremos también la relación con mascotas de menor tamaño, como roedores o aves, a los que podría dañar.
Si se opta por mantenerlos habitualmente en libertad, es importante tener en cuenta su carácter curioso, por lo que hay que evitarles el acceso a vías de fuga o a elementos que puedan suponer peligro para ellos.
Igualmente, ya sea un habitáculo o en la casa, el propietario debe instalar una o más cubetas higiénicas ya que se trata de animales que, al igual que los gatos, orinan y defecan en el mismo lugar una vez les han acostumbrado a ello.
Higiene del hurón
Un baño tibio una o dos veces al mes utilizando champú específico, junto con un cepillado una o dos veces por semana, el uso de desodorante con regularidad, y la aplicación de un antiparasitario externo durante los meses calurosos, configuran la higiene básica del hurón. Para aquellos hurones poco amantes del agua también existen champús en polvo o espuma.
Conviene recortar o limar las uñas de los hurones domésticos periódicamente, y se debe revisar su dentadura para comprobar si existe sarro dental, el cual se minimiza mediante una dieta básica seca y el uso de mordedores dentales.
Lo más básico en el cuidado de los hurones
- Alimentación específica para hurones.
- Agua limpia a su disposición en bebederos tipo biberón.
- Habitáculo limpio y amplio con accesorios y juguetes.
- Ejercicio regular.
- Baños 1 o 2 veces/mes y cepillados 1 o 2 veces/semana.
- Recorte de uñas.
- Control de la aparición de sarro en sus dientes.
- Vacunación periódica.
- Desparasitación regular.
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