Controla el estrés veraniego

Julio y agosto suelen ser dos de los meses del año en los que más se factura, sobre todo si nuestra tienda está en una zona especialmente turística. Esto, que a primera vista es toda una alegría para el comerciante, conlleva una serie de problemas asociados como el estrés, la fatiga y la sensación de no llegar a todo lo que tenemos que hacer. Por eso, antes de que llegue el mes de julio es necesario que tomemos una serie de medidas que faciliten nuestro trabajo en esta época del año.

Pongámonos en situación. Es verano, hace calor y aunque nos gustaría estar de vacaciones tenemos que quedarnos atendiendo nuestro negocio. El mayor volumen de gente se concentrará a última hora de la tarde, cuando la temperatura no es tan elevada, y probablemente, vendrán personas que jamás hayan visitado nuestra tienda, pero que entren con los niños para ver las mascotas que tenemos a la venta. Otros están de paso y lo más seguro es que no volvamos a verlos. Hemos renovado el escaparate y hemos adquirido artículos cuyas características debemos conocer lo antes posible. A todo esto, si somos padres o madres se une el hecho de que los niños están de vacaciones, con lo que conciliar vida personal y laboral se hace aún más difícil. En definitiva, hay muchos elementos externos y nuevos que debemos controlar y este acúmulo de cosas puede hacer que nos sintamos estresados.

El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. Nuestra vida y nuestro entorno, en constante cambio, nos exigen continuas adaptaciones; por tanto, necesitamos cierta cantidad de estrés (activación). Sin embargo, cuando ese estrés se prolonga o se intensifica puede afectar, no sólo a nuestro rendimiento profesional, sino también a nuestra salud.

Empleados estresados

Si tenemos empleados a nuestro cargo, el estrés también puede hacer mella en ellos, y esto puede empeorar el ambiente de trabajo. Por ello, debemos tomar una serie de medidas. Parte de este estrés puede ser debido al trato que reciben por nuestra parte y por otros empleados, así que es muy importante incentivar y mejorar las relaciones laborales.

Ideas para controlar el estrés veraniego en tu negocio Clic para tuitear

En primer lugar, debemos repartir la carga de trabajo de manera equitativa y acorde a las capacidades y recursos de cada trabajador. Si es necesario, definiremos de nuevo las responsabilidades de cada puesto y describiremos de manera clara el trabajo.

Si hemos puesto a la venta artículos nuevos, tenemos alguna promoción en marcha o queremos incentivar la venta de determinados productos, debemos asegurarnos de que todos tienen claro hasta el más mínimo detalle de estas operaciones. De este modo, el número de consultas se reducirá y, con ellas, el estrés que puede provocar atender a esas preguntas.

Repasaremos brevemente al final del día con el equipo las incidencias que ha habido, cómo se han solucionado y qué puede hacerse para prevenir que se den otra vez. Es muy importante crear vías para que el trabajador tenga la oportunidad de exponer sus quejas o sugerencias de mejora y tomarlas muy en serio. El hacer al empleado partícipe del funcionamiento de la empresa mejora notablemente el estado de ánimo y reduce el estrés.

Finalmente, es recomendable recompensar al trabajador por un buen rendimiento laboral más que penalizar por los fallos.

Estas medidas deben ponerse en marcha a lo largo de todo el año; de esta manera, cuando vengan los meses de mayor carga de trabajo, la dinámica de trabajo no se verá afectada.

¿Y los clientes?

Cuando nos sentimos estresados queremos terminar las cosas lo antes posible, por lo que nuestro trato al cliente se puede resentir. Es importante conservar la cabeza fría, hablar despacio y atender todas las consultas que se nos plantean. Sentir frustración es malo, pero peor es hacerla recaer sobre el cliente; debemos desarrollar herramientas para controlar nuestro humor y que éste no afecte a nuestro trabajo.

Puede suceder que el estresado sea el cliente, en cuyo caso responder con un tono de voz suave y plantear con tranquilidad diversas opciones encaminadas a solucionar su demanda, puede hacer que se tranquilice un poco.

Controlar el estrés es una tarea bastante difícil y que lleva su tiempo, aunque no es algo imposible. Las herramientas a nuestra disposición son múltiples: libros, cursos, clases de relajación, etc. Sólo tenemos que encontrar el método que mejor se adapta a nuestra personalidad y necesidades y aplicarlo en nuestra jornada laboral. No sólo mejorará nuestra calidad de vida, sino que nuestros clientes lo agradecerán.

Control ante todo

Existen pequeñas cosas que se pueden hacer para que desempeñar nuestro trabajo diario sea menos estresante.