Sergio Martínez, etólogo veterinario de AniCura Constitución Hospital Veterinario, describe en esta entrevista algunas claves del idioma de los perros para aprender a interpretar su lenguaje y evitar episodios desagradables.
Sergio Martínez, etólogo veterinario de AniCura Constitución Hospital Veterinario
El aprendizaje de los cuidadores es fundamental para poder entender a sus mascotas y así mantener un hábito comunicacional que pueda ir evolucionando positivamente a lo largo del tiempo. ¿Cómo se puede conseguir que niños y adolescentes aprendan y entiendan a sus mascotas para evitar problemas de comportamiento y errores?
Al igual que con las habilidades sociales y de comunicación entre personas, debemos enseñar a los niños la comunicación con los perros. Tener un perro familiar ayudará a los más jóvenes a acostumbrarse a la interacción con ellos, a entenderlos. Aprenderán cosas fundamentales como interpretar un gruñido, no molestarlos al dormir, el manejo relajado con animales miedosos, etc. Pero aún más importante es enseñarles a interactuar correctamente con perros desconocidos con pautas como pedir permiso al propietario del animal para poder acercarse o tocarlo. Un exceso de confianza puede tener consecuencias desagradables para ambos.
Por otro lado, si nuestro can intenta comunicarse con nosotros, nos envía señales, y no recibe la respuesta esperada, es posible que con el tiempo deje de hacerlo.
En nuestro hospital veterinario, al contratar el plan de vacunación de los cachorros incluimos una visita de comportamiento para resolver estas pequeñas dudas de propietarios inexpertos y los más jóvenes de la casa. Siempre es importante recomendar ayuda profesional.
¿Cómo distinguir un gruñido de amenaza de uno de juego mientras se juega a tirar y aflojar con un cachorro o perro joven en aprendizaje?
El gruñido es una conducta muy habitual cuando están jugando a estirar de un juguete/cuerda. Para diferenciarlo de un gruñido de amenaza deberemos prestar atención al lenguaje corporal del perro. La postura natural de juego (pecho agachado y culo levantado) o el movimiento de la cola nos darán información de que nos invita a jugar con él. Por otro lado, si vemos el pelo erizado o una postura más rígida y erguida probablemente se trate de un gruñido de amenaza.
El gruñido es una conducta muy habitual cuando están jugando a estirar de un juguete/cuerda. La postura natural de juego (pecho agachado y culo levantado) o el movimiento de la cola nos darán información de que nos invita a jugar con él.
¿Cómo son y cómo podemos distinguir los distintos tipos de ladrido (alegría, demanda de atención, defensa de territorio, agresividad, miedo…)?
Normalmente obtendremos más información de la actitud del animal a la hora de ladrar que del ladrido en sí.
- Alegría: ladridos independientes, en tono elevado, con movimiento de la cola y corporal o posición de juego.
- Demanda de atención: suele ser un ladrido más agudo que puede acabar en gemido, también independiente y tono más bajo.
- Defensa de territorio: ladridos enlazados y rápidos con posiciones erguidas cuyo objetivo principal es la intimidación.
- Agresividad: similar al ladrido de defensa del territorio. Podrá ir acompañado de gruñidos fuertes. En un episodio de agresividad no tiene porqué haber ladridos previos.
- Miedo: ladridos pausados con el objetivo de ahuyentar la amenaza. Posición del cuerpo hacia atrás, reculando. Si la amenaza aumenta veremos un ladrido más rápido e intenso. Suele ir precedido o intercalado con gruñidos leves. En ocasiones el miedo puede generar un ladrido de agresividad.
