La Asociación Veterinaria Británica ha trabajado durante años para lograr esta prohibición, y su uso será un delito punible a partir del 1 de febrero del próximo año. Estos dispositivos ya están prohibidos en otros países como Alemania, Dinamarca, Países Bajos o Suiza.
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Tras años de campaña de la Asociación Veterinaria Británica (BVA), el Gobierno inglés prohibirá el uso de collares eléctricos para perros y gatos en Inglaterra a partir del próximo año. Según el proyecto de reglamento que ahora se presenta ante el Parlamento, será un delito punible que una persona coloque un collar de choque electrónico a un perro o gato a partir del 1 de febrero de 2024.
La BVA ha trabajado incansablemente junto con otras organizaciones, como The Kennel Club, RSPCA, Dogs Trust, Battersea y Blue Cross, pidiendo la prohibición de estos métodos de entrenamiento aversivos en todo el Reino Unido. Gales dio el paso progresivo de prohibirlos en 2010 y ahora Inglaterra hará lo mismo.
Por el bienestar del animal
La vicepresidenta junior de BVA, Anna Judson, comentó que “este paso es una verdadera victoria para el bienestar animal. Sabemos por investigaciones que usar el miedo como herramienta de entrenamiento es menos efectivo que el refuerzo positivo y puede afectar el bienestar general del animal”.
“En BVA nos complace ver que el Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales ha escuchado los consejos de expertos veterinarios y conductistas que tienen experiencia de primera mano sobre lo que puede salir mal cuando se utilizan métodos de entrenamiento aversivos para controlar y castigar a los animales. Esperamos ver que las regulaciones obtengan el sello de aprobación de ambas Cámaras del Parlamento”.
Recomiendan a quienes tengan problemas de comportamiento con su animal de compañía que siempre hable con su veterinario para descartar cualquier problema de salud subyacente que pueda estar causando un comportamiento indeseado. Los profesionales proporcionarán consejos sobre cómo manejar cualquier problema de manera positiva y humana. Además, también pueden remitirlo a un conductista acreditado para obtener ayuda experta según las necesidades individuales.
“Con una prohibición efectiva del uso de estos dispositivos ya en vigor en Gales y, con suerte, pronto en Inglaterra, la BVA continuará su campaña para impulsar una legislación similar en Escocia e Irlanda del Norte, así como una prohibición total de la venta e importación de estos dispositivos en todo el Reino Unido”.
Investigados los efectos de las descargas
Existe un sólido cuerpo de investigación, incluido un notable estudio de la Universidad de Lincoln (2019), que muestra que la aplicación de descargas eléctricas, incluso a un nivel bajo, puede causar estrés, dolor y miedo, y que los métodos de entrenamiento positivo son más efectivos en términos de la salud, el bienestar y el comportamiento del animal. El informe PDSA PAW de 2022 encontró que el 20 % de los dueños de perros habían usado dispositivos de entrenamiento aversivos, incluidos collares eléctricos, lo que equivale a dos millones de perros en el Reino Unido sujetos a métodos de entrenamiento negativos.
Veterinarios valencianos alertaron el año pasado que los collares electrónicos no resuelven, por ejemplo, la ansiedad y el castigo puede provocar más problemas de salud o emocionales. Así, el uso de collares antiladridos puede desencadenar en otros problemas de conducta mayores como la agresividad, el pánico o la incontinencia por sumisión.
Puedes consultar aquí la posición política conjunta de la BVA y la BSAVA sobre dispositivos de entrenamiento aversivos.
