Neocaridina heteropoda, una gamba que debes conocer

De entre las gambitas de acuario que cada vez se ven más en los acuarios, Neocaridina heteropoda es una de las especies más populares.

José María Romero León
www.aquatika.es

Seguramente pocos aficionados y profesionales del sector de la acuariofi­lia saben de qué hablamos cuando nos referimos a la Neocaridina heteropoda. Pero la cosa cambia cuando decimos gambitas Red Cherry o Cherry Shrimp, incluso “gambitas comedoras de algas”, un calificativo demasiado genérico.

Lo cierto es que esta especie de crus­táceo decápodo de agua dulce se ha vuelto en los últimos años especialmen­te popular, tanto por su facilidad de mantenimiento como por lo interesante de su comportamiento y ciclo vital.

A continuación hablaremos de la más popular de las gambas de acuario de agua dulce, que será la base para cono­cer otras especies igualmente interesan­tes para el aficionado.

Un poco de taxonomía

Los camarones y gambas (Caridea) son crustáceos decápodos, pero no to­dos los crustáceos decápodos son cama­rones. Dentro del orden de los decápo­dos encontramos a los cangrejos de río y langostas (Astacidea), cangrejos de mar (Brachyura), cangrejos ermitaños (Ano­mura), etc.

La mayoría de los camarones y gam­bas de agua dulce mantenidas en acua­rio pertenecen a la superfamilia de los Atyoideos (Atyoidea), principalmente de los géneros Caridina y Neocaridina. También se suelen encontrar esporádi­camente en los comercios especies de la superfamilia Palaemonoidos (Palaemo­noidea), que suelen ser especies grandes y con las pinzas más desarrolladas. Hay que puntualizar que la mayoría de estas especies necesitan de aguas saladas al menos en una parte de su ciclo vital.

Probablemente, la Neocaridina hete­ropoda es la especie más popular en acuarios de todo el mundo, ya que com­bina colores llamativos con un manteni­miento fácil.

Hasta hace unos años era conocida como Neocaridina denticulata variedad sinensis, pero una revisión en 2002 hizo que pasara a ser llamada Neocaridina heteropoda. Actualmente, a nivel taxo­nómico no se reconocen más de dos o tres variedades, pero de cara a los aficiona­dos existen diversas variantes en color.

Las variedades no oficiales son:

El clclo vital

Estos camarones tienen un ciclo vital bastante rápido, que empie­za con el apareamiento de las hembras fértiles tras la muda de su exoesqueleto. Previamente, han llevado los huevos internamente en la parte posterior a los ojos en el cefalotórax. Esta mancha es vi­sible en la mayoría de los casos, y su color va del amarillo –en la va­riedad roja– a tonos oscuros y ver­des -en el resto de variedades.

Tras la cópula con el macho, los huevos bajan al abdomen y se alo­jan entre los pleópodos -pequeños apéndices con función natatoria-, suelen ser de 20 a 50 huevos.

La incubación se prolongará en­tre 25 y 30 días dependiendo de la temperatura. Una vez incuba­dos los juveniles son liberados, no presentan fase de larva y son pe­queñas réplicas de los adultos que se alimentarán de pequeñas par­tículas y microorganismos. Al mes y medio o dos meses, tendrán un tamaño de unos 15 mm y habrán llegado a la fase de adultos com­pletándose así el ciclo.

Mantenimiento en acuarios

Como la mayoría de los pequeños crustáceos de agua dulce, necesitan de aguas limpias. Su hábitat natural son arroyos y ríos donde habitan entre la ho­jarasca caída y las plantas acuáticas.

Los parámetros de agua a los que pueden vivir son relativamente amplios, pudiendo habitar desde aguas blandas y ligeramente ácidas hasta aguas duras y ligeramente alcalinas. Lo ideal es mante­ner un agua moderadamente blanda y un pH ligeramente inferior a 7, ya que con esta acidez los compuestos nitrogenados como los nitritos y el amoniaco son me­nos estables. Recordemos que estas sus­tancias resultan perjudiciales para estos animales, mucho más que en el caso, por ejemplo, de los peces de acuario.

El acuario para N. heteropoda debe ser –al igual que para la mayoría de las espe­cies– de no menos de 30 litros. Aunque sean animales pequeños, acuarios me­nores implican menor estabilidad en el ecosistema-acuario y, por consiguiente, muchos problemas de salud. La filtración debe tener un buen soporte biológico y la suficiente potencia como para romper la lámina de agua superficial, ya que es­tos crustáceos requieren aguas ricas en oxígeno disuelto. Respecto al sustrato, podemos decir que una granulometría de media a fina será perfecta; empleare­mos siempre sustrato de origen natural sin teñir, libre cal y de otros elementos como el cobre, que es altamente tóxico para estos animales.

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Como plantación podremos emplear infinidad de plantas, pero siempre será mejor usar plantas que ayuden a su ali­mentación y su refugio. Especialmente indicadas están las especies de musgos que proveen de microorganismos que se desarrollan entre él, y sirven de alimen­to para los juveniles. Otras plantas inte­resantes son los helechos —Microsorum ssp.–, ya que absorben con facilidad el amoniaco y otros compuestos nitrogena­dos potencialmente peligrosos.

La iluminación no es un punto crítico, pero es la base de las plantas y éstas, a su vez, serán la base de un acuario sano, por lo que no debemos quedarnos cortos con ella.

Un pequeño acuario de 40 o 50 litros bien plantado, con troncos y hojas secas, equipado adecuadamente y lleno de pe­queños camarones rojos hará las delicias de pequeños y mayores. Disfrutaremos de la vida que se desenvuelve bajo los pequeños arroyos y cursos de agua del sudeste asiático de una manera fácil y asequible para todos.