Los premios o snacks son mucho más que simples caprichos alimenticios para los perros. Los propietarios pueden utilizarlos como ayuda en casos concretos.
Javier Rodríguez Batallé
Educador canino
Las golosinas o snacks que actualmente se comercializan son de diversos sabores, texturas, formas y tamaños. Desde las típicas galletas crujientes a los palitos tiernos, pasando por los huesos de piel de vaca, las orejas de cerdo y muchas otras golosinas con sabores de todo tipo. Cada uno de ellos puede servir para tratar algún problema de comportamiento o, sencillamente, educar al perro en una obediencia básica. Veamos algunos de ellos.
Cuando tira de la correa
Si el perro estira de la correa habitualmente, una forma de enseñarle a caminar al lado de su dueño es utilizar golosinas pequeñas, rápidas de masticar y tragar, que tengan un fuerte olor y sean vistosas para el perro. Hay que colocar al animal en el lado que se quiera que camine junto al propietario, por ejemplo, el derecho, e intentar que mantenga su atención centrada en su mano, donde llevará la galleta. Tras dar varios pasos en la posición correcta, le premiará con ella, felicitándolo por hacer un buen trabajo. Lo más recomendable para este caso es utilizar barritas blandas de sabores como buey, cordero o pollo, que son fáciles de partir y que se pueden tragar fácilmente. Al tratarse de un ejercicio activo, tanto la rapidez en la ejecución como en el recibir el premio son muy importantes.
Cuando no acude a la llamada
En el caso de que el perro no venga cuando se le llama, puede motivársele ofreciéndole un snack crujiente de tipo galleta, que tarda más en masticar y comer, ya que lo importante es que, al acudir a la llamada, se quede durante un tiempo disfrutando del premio, mientras se mantiene al lado del propietario. Hay que procurar que el perro sepa que habrá siempre un premio cada vez que responda a su llamada.
Cuando el perro destruye objetos
Hay perros que, cuando se quedan solos, tienen problemas de ansiedad o aburrimiento, y se dedican a masticar objetos del hogar (sofá, cojines, mandos, zapatillas), que finalmente destruyen. Este es un problema muy habitual, debido, generalmente, al impulso natural que tienen todos los perros a coger cosas con la boca y masticarlas. Para arreglar este problema lo ideal es dejarles algún objeto que sirva para paliar esta necesidad, como un hueso de piel de vaca o de jamón, o también un juguete tipo Kong, concebido para introducir golosinas que, al resultar de difícil acceso, mantienen entretenido al perro, evitando la temida destrucción.
Cuando el perro es miedoso o insociable
Una de las mejores formas de acercarse a un perro con miedo, un perro muy tímido o muy insociable, es a través de los snacks. La manera correcta consiste en acercarse a una distancia prudente —en la que no llegue a huir—, lanzarle una o varias galletas cerca y, progresivamente, intentar acortar la distancia para conseguir que se acerque poco a poco hacia nosotros, motivándole cada vez con más galletas, hasta conseguir que coma de nuestra mano. Es mejor utilizar galletas de tipo crujiente, que se despedazan al masticar, ya que tardan más en tragarlas y, de este modo, el refuerzo de las golosinas se mantiene más tiempo.
Cuando el perro es agresivo
Existen muchas formas de agresividad canina, y cada una de ellas necesita un tratamiento específico, que siempre debe llevarse a cabo bajo la supervisión de un educador canino. En estos casos, también las golosinas pueden ayudar a tratar el problema. Por ejemplo, pueden utilizarse para premiar a un perro que, tras una reprimenda, deje de mostrar agresión, como también para distraerlo cuando comienza a fijarse en el objetivo que quiere agredir.
Cuando el perro es hiperactivo
Hay perros con una actividad muy alta que necesitan “quemar” diariamente mucha adrenalina para estar más tranquilos, y que se sienten frustrados cuando no pueden salir a la calle para correr o jugar con la frecuencia que necesitan. Es por esto que, cuando se quedan muchas horas en casa —incluso acompañados—, ladran, lloran, muerden objetos, e incluso rascan paredes y puertas. A estos perros tan nerviosos hay que darles algo que hacer para entretenerles al tiempo que se cansan. Un buen método consiste en esconder diversas golosinas por la casa, para que se entretengan en buscarlas, después de haberlos motivado. Los perros se acostumbran enseguida a esa rutina, les incita el instinto de rastreo, y pueden distraerse durante horas.
Cuando el cachorro cambia los dientes
Todos los cachorros, a partir de los cuatro meses, empiezan a cambiar los dientes, apareciendo como consecuencia el dolor de encías. La única forma que tiene el perro para disminuir esa molestia es masticar todo lo que se encuentra (nuestros pies, las manos, zapatillas, patas de las sillas, ropa, alfombras, etc.). Para solucionar este problema también puede recurrirse a algún tipo de golosina, dándosela en el momento en que comienza a ponerse nervioso y a intentar morder cualquier cosa que tenga delante. Es importante ofrecérselo en el momento justo, es decir, inmediatamente después de haberle regañado por morder algo que no debía.
A pesar de que los snacks son de mucha ayuda para educar al perro y solucionar algunos de sus problemas de conducta, no basta con recurrir sólo a ellos. Necesitan de un asesoramiento profesional, especialmente en los problemas de agresividad.
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