Cómo ser un buen jefe

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Si eres el dueño de un comercio especializado en animales de compañía y tienes empleados a tu cargo, debes motivarles para conseguir la satisfacción de los clientes y asegurar la buena marcha del negocio.

ser buen jefe

Natalia Sagarra
EspeciesPRO

Es imprescindible mantener a los empleados motivados y contentos. Si el responsable de la fuerza de ventas no toma conciencia de la importancia de este aspecto, nunca logrará comunicarse correctamente con sus empleados (incluso si son de la familia).

Un estudio publicado por el especialista en marketing Daniel Goleman demostró empíricamente que un aumento positivo del 1 % en el clima emocional de un vendedor genera un incremento de los ingresos de al menos un 2 %.

Mejor en ambientes cordiales

El ambiente o clima emocional en el entorno del trabajo no es responsabilidad del empleado, sino de su líder o jefe, quien tiene una influencia de entre un 50 % y 70 % en la motivación de sus empleados. Es decir, no se debe esperar que de forma natural se genere una mejora en la proactividad del vendedor.

El dueño del establecimiento es el responsable de proporcionar los elementos que motiven la mejora. Es difícil llevarlo a la práctica y materializarlo. Es una declaración de buenas intenciones que sólo se pueden conseguir con trabajo y algo más:

  • Preocuparse por cada uno de los empleados.
  • Reconocer el trabajo bien hecho.
  • Establecer una política de incentivos creativa (en relación a las ventas, al compañerismo, al buen humor, etc. para lograr un buen ambiente y la satisfacción de los clientes).
  • Motivar sensorialmente a su gente (preocúpese de sus sueños e intereses de una forma natural).

Liderar emocionalmente es la clave del éxito en la pequeña empresa. No es una tarea fácil y podemos encontrarnos alguna que otra barrera. Tampoco conviene jugar a ser “el profesor colega”. Un término medio es lo más aconsejable.

Otra forma de motivación es hacer que el empleado se identifique con la empresa (por ejemplo, y en algunos casos, facilitando tarjetas de visita). Proporcionar formación de modo que se potencien las habilidades personales es más que recomendable y los fondos europeos proponen una gran oferta formativa para empleados.

Por supuesto, escuchar es obligatorio. Conviene tener alguna reunión para hablar de mejoras y progresos, e incluso para tratar aquellos temas que les preocupan a los empleados. Puede ser en el mismo local, o bien tomando un café (en un ambiente neutro tal vez se sientan más

cómodos para hablar). Sería un buen momento para agradecer sinceramente los esfuerzos realizados.

El valor de la emoción

Se ha hablado mucho de la inteligencia emocional, ¿la posees tú? Se trata de una capacidad para captar las emociones de un grupo y conducirlas hacia un resultado positivo. Es cierto que se puede aprender, pero tener algunas aptitudes lo hace más fácil.

Por ejemplo, es preciso conocerse a uno mismo, ser consciente de las emociones que sentimos y del estado de ánimo en el que nos encontramos y cómo éste afecta a los demás.

Tener capacidad de control también resulta muy útil, ya que nos permite pensar antes de actuar en cualquier situación. Si no perdemos los nervios en las situaciones conflictivas daremos confianza a los empleados.

Un tercer aspecto valioso es la actitud positiva ante los fracasos y el deseo de realización personal. Si además el jefe es habilidoso en sus relaciones sociales tendrá el éxito asegurado con empleados, distribuidores y clientes.

Cuando se producen enfrentamientos entre los empleados es difícil actuar, ya que salvo casos claros, el jefe no debe tomar partido por ninguno en particular. Si tiene la capacidad de ponerse en la piel de la otra persona sabrá qué decir en cada momento y llegar a entender el punto de vista de cada uno para atajar el problema. Tendrá que hacer todo lo que esté en sus manos para que se solucione lo antes posible de modo que no afecte al trabajo ni a servicio que reciben los clientes. Si esto ocurriese debería tomar medidas más duras.

Las cualidades de un buen jefe

  • Hay que querer ser jefe y saber por qué se quiere serlo.
  • Respetar a los demás.
  • Ser tolerante.
  • Tener ganas de aprender y propósito de enseñar.
  • Ser innovador.
  • Saber delegar.
  • Saber comunicar.
  • Ser leal y comprometido.
  • Dar ejemplo.
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