Durante la pandemia del coronavirus, en el periodo entre marzo y junio de 2020, se ha producido un considerable aumento de la compra de mascotas en el Reino Unido. Esto podría parecer una buena noticia, pero no está clara su procedencia.
Por eso, la Fundación para el Bienestar Animal (Animal Welfare Foundation, AWF) ha financiado un proyecto denominado “Los cachorros de la pandemia” (Pandemic Puppies) para indagar sobre ese aumento de la compra de mascotas, así como la procedencia de los cachorros.
Criados en circunstancias poco claras
El presidente de la AWF, Chris Laurence, señala que “la gran cantidad de cachorros adquiridos de múltiples orígenes durante la pandemia es un motivo de preocupación, ya que pueden haber sido criados en circunstancias poco claras o haber sido importados del extranjero”.
Además, prosigue Laurence, la falta de socialización de los cachorros puede tener efectos de por vida en su comportamiento, lo que los hace más propensos a necesitar ayuda conductual y los expone a un mayor riesgo de abandono durante su vida.
Asesoramiento para una tenencia responsable
“Muchos propietarios que compraron a su cachorro sin haber analizado previamente su procedencia y sus propias posibilidades para atenderlo pueden arrepentirse más tarde cuando regresen al trabajo o sus condiciones económicas cambien. Para estar preparados para las posibles consecuencias, necesitamos comprender mejor lo que ha ocurrido y cómo se pueden mitigar estos efectos mediante el asesoramiento de los propietarios de los cachorros”, afirma el presidente de la AWF.
Por su parte Rowena Packer, investigadora del Royal Veterinary College, explicó que el proyecto “evaluará cómo y por qué los nuevos dueños compraron a sus cachorros durante el confinamiento y los planes futuros que tienen con ellos. A partir de aquí, identificaremos las posibles consecuencias en la salud, el comportamiento y el bienestar de esta población de cachorros, para que podamos promover de forma efectiva formas de salvaguardar su futuro”.
