Los animales sénior tienen unas necesidades particulares, y desde los comercios especializados podemos contribuir a preservar su calidad de vida ofreciendo a los propietarios los artículos más adecuados a esta etapa.
Un animal geriátrico presenta algunas características físicas que lo hacen especial. Aunque habitualmente se asocia la vejez con una merma de las capacidades físicas, cuando los animales alcanzan este periodo vital los propietarios no deberían renunciar a ofrecerle una calidad de vida por lo menos tan aceptable como en cualquier otro momento de su vida.
La merma en las facultades cognitivas de los animales suele ser un rasgo que aparece en este periodo vital. Aunque la mejor forma de cuidar a un animal que padece de estos trastornos es contar con el asesoramiento de un especialista veterinario, que será quien decida qué tratamiento es el más adecuado, los propietarios pueden contribuir a aliviar estos estados involucrándose de forma más directa en el trato diario con el animal.
Juguetes
Los juguetes interactivos son una buena alternativa para que los perros jueguen y a la vez mantengan ágiles sus mentes. En el comercio especializado se les pueden ofrecer artículos especialmente construidos para animales mayores, como es el caso de los rompecabezas tipo Kong que, fabricados en una goma más blanda, permiten a los canes sénior morderlos sin miedo a que puedan lastimarse la boca. Del mismo modo, otros juegos en los que el movimiento físico no sea lo más importante también pueden ser muy recomendables para un animal que debido a su edad avanzada no tiene tantas ganas de corretear.
Ejercicio
A pesar de esa menor vitalidad por parte de los animales mayores, el ejercicio nunca debe dejarse de lado. Además de resultar una forma natural de controlar el aporte calórico normal de la comida, con lo cual se impiden riesgos de obesidad, una actividad física dentro de sus posibilidades beneficiará el estado general del animal, influyendo positivamente también en que mantenga en condiciones su sentido del equilibrio, su coordinación y su resistencia.
Una actividad física dentro de sus posibilidades beneficiará el estado general del animal sénior Click Para TwittearUn paseo tranquilo es un ejercicio muy recomendable para un perro que haya llegado ya a su vejez. Como en esta etapa es habitual que los animales pierdan agudeza visual y auditiva, por lo que es conveniente que el propietario use una correa que le sirva de sujeción. En estos casos ya no se trata de que el perro pueda escaparse del propietario, sino casi más al contrario: habrá ocasiones en los que el animal se muestre perezoso y no quiera andar. En situaciones así no debe obligarse nunca al perro a que camine si no quiere, y mucho menos forzarle físicamente a que lo haga. Un zarandeo que en un perro joven no es más que una muestra de que hay ganas de jugar puede convertirse en un doloroso daño para una mascota entrada en años. Igualmente, una precaución básica y que nunca hay que olvidar es tener siempre a mano agua para poder aliviar la sed del animal en cuanto lo necesite.Te recomendamos Aviation Questions and Answers
Nunca debe faltar el agua para aliviar la sed del animal al llevarlo de paseo Click Para TwittearDescanso
También hay que tener bien presente los momentos de descanso de los animales geriátricos. En este periodo de su vida es muy posible que se les manifiesten enfermedades articulares, con lo que el deseo de tener un lugar cómodo y mullido donde descansar no es ya un síntoma de acomodamiento, sino una auténtica necesidad.
Algo similar puede decirse de otros accesorios que cuando les vence la edad a los animales pueden volverse mucho menos accesibles, como es el caso de los bebederos. Un gato geriátrico, por ejemplo, no contará con la misma agilidad que uno joven o adulto, así que se le puede hacer más complicado acceder al lugar donde habitualmente tenga su agua. Es deber de los propietarios darles todas las facilidades posibles, de forma que una tarea habitual y sencilla no se convierta en un ejercicio de riesgo o una barrera insalvable.
Adopciones
Uno de los factores que pueden hacer aumentar la población de perros geriátricos entre la población es, paradójicamente, la tasa de abandonos. Existen propietarios sin escrúpulos que abandonan a sus animales cuando estos llegan a una edad geriátrica, por considerarlos más una carga que un ser vivo que merece cuidados. Por ello, en los refugios es cada vez más común encontrarse con animales mayores que esperan para ser adoptados.
A pesar de que estos animales no están entre los preferidos de las familias que se acercan a estos establecimientos para adoptar una mascota, tampoco hay que desecharlas a las primeras de cambio, y suponen una alternativa interesante para aquellas personas que deseen prodigar cuidados a un animal de compañía.
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