Si un cliente pide “alimento para su animal” y no una marca concreta, es posible que desconozca cuál es el que más le conviene. Esto supone una oportunidad para ofrecer al comprador un excelente servicio, formulando las preguntas adecuadas para encontrar el producto que más se ajuste a sus necesidades.
Cuando un cliente nos pregunta si podemos recomendarle el alimento apropiado para su mascota, lo hace confiando en nuestro criterio profesional. Cuanto más nos esforcemos para ofrecerle una sugerencia satisfactoria, más valorará los servicios del establecimiento, pues percibirá que nos hemos tomado nuestro tiempo para tratarle de manera especial.
Por el contrario, si realizamos una recomendación sin habernos molestado en conocer sus necesidades, es muy posible que adquiera un producto que le deje descontento, y achacará a nuestro mal consejo su insatisfacción.
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