La prohibición de tener y comercializar el erizo pigmeo africano y el erizo orejudo egipcio convierte al tenrec (Echinops telfairi) en una alternativa como animal de compañía.
Sergi Conde Lázaro
Tras la actualización en agosto de 2013 del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, se prohibió la tenencia y comercialización tanto del erizo pigmeo africano (Atelerix Albiventrix), como del erizo orejudo egipcio (Hemiechinus auritus) por su potencial invasor. Es una medida que se establece especialmente con el fin de preservar al erizo común (Erinaceus europaeus) y al erizo moruno (Atelerix algirus), especies autóctonas protegidas por la ley en todo el territorio nacional.
Ante estas restricciones, el tenrec erizo menor (Echinops telfairi) ha pasado de ser un completo desconocido para la mayoría a aparecer como alternativa a los erizos como animal de compañía.
Una familia muy diversa
Los tenrécidos (Tenrecidae), conforman una familia con una treintena de especies, que principalmente se encuentran en Madagascar. Se han distribuido bajo variadas formas, ocupando una gran diversidad de ambientes tan distintos como desiertos, bosques e incluso el medio acuático.
Dentro de este grupo existe una subfamilia denominada Tenrecinae, de aspecto similar a los erizos pese a no estar emparentados con ellos. Constituyen pues un ejemplo de evolución convergente por la que dos ancestros taxonómicamente lejanos evolucionaron hacia formas equivalentes al irse adaptando ambos a nichos ecológicos similares en sus respectivas áreas geográficas.
Han mantenido además algunos aspectos evolutivos primitivos característicos de reptiles y aves, como es la cloaca (los canales urogenital y anal desembocan en un único conducto) y una temperatura corporal menor que en la mayoría de mamíferos.
De entre las cinco especies de esta subfamilia, los raros tenrecs listados (Hemicentetes semispinosus y Hemicentetes nigriceps) son extremadamente delicados. El tenrec común (Tenrec ecaudatus) y el tenrec erizo mayor (Setifer setosus) no requieren tantos cuidados como los anteriores, aunque todavía no se encuentran con regularidad en el mercado ejemplares criados en cautividad. Así que de todas ellas, el tenrec erizo menor (Echinops telfairi) es la especie que por su mayor capacidad de adaptación y disponibilidad se ha hecho más popular entre los aficionados.
Aspecto y hábitos del tenrec
El tenrec erizo menor (Echinops telfairi) alcanza los 15 centímetros, con un peso cercano a los 250 gramos. Vive un promedio de cinco a siete años en cautividad, aunque se han registrado longevidades de hasta 17 años.
Son de hábitos nocturnos y su mala visión contrasta con unos magníficos oído y olfato que les permiten capturar en la oscuridad a los insectos con los que se alimentan.
Su dorso es de un tono claro y recubierto por púas, mientras un pelaje grisáceo puebla el vientre. Son capaces de adoptar una postura defensiva enroscándose en forma de bola, aunque en general los tenrecs nacidos en cautividad se muestran sociables con los humanos si se manipulan regularmente. Aun así, poseen unos dientes afilados que no dudan en usar si se sienten amenazados.
De octubre a marzo aproximadamente, coincidiendo con temperaturas bajas y ciclos lumínicos más cortos, los tenrecs entran en un periodo de semiletargo durante el que apenas se mueven, comen o beben. Su temperatura corporal decae y el metabolismo se reduce, por lo que si se interacciona con ellos se mostrarán pasivos la mayor parte del tiempo.
Habitáculo
Habitualmente son animales solitarios, aunque también gustan de la compañía de sus congéneres. Se puede mantener sin problemas a un macho con varias hembras, e incluso machos que se hayan criado juntos.
La mayoría de criadores establecen que el espacio mínimo disponible por ejemplar sería aproximadamente de 70 × 50 × 50 cm. Sin embargo, si no se les permite salir al exterior a diario durante largos periodos, estas dimensiones resultan totalmente insuficientes pues se trata de animales muy activos. En este sentido, cualquier habitáculo debe contener elementos de enriquecimiento ambiental como troncos y plataformas por los que trepar, ruedas de ejercicio, refugios para descansar u objetos donde esconder su comida preferida.
En cuanto al tipo de habitáculo, se puede optar por acuarios, terrarios o jaulas para ardillas de los que los comercios especializados ponen a disposición de los propietarios. No obstante, si se tiene un poco de paciencia y habilidad se puede construir uno con madera y malla metálica que proporcione mejores prestaciones a los animales.
Dado su origen geográfico, la temperatura diurna debería mantenerse alrededor de los 25 ºC, descendiendo la nocturna hasta los 20 ºC. Para alcanzarla la mejor opción es utilizar, debidamente protegidas, lámparas de infrarrojos. Son propensos a que se les reseque la piel, por lo que la humedad ambiental debe ser aproximadamente de un 70 %, y la iluminación del espacio debe ser tenue para tratar de imitar su hábitat natural.
Como sustrato la mejor opción es la fibra de coco, ya que no es tóxica, les permite excavar en ella, y además contribuye a mantener una humedad adecuada. Los tenrecs utilizan un único punto del habitáculo para sus deposiciones, por lo que no será necesario reemplazar todo el sustrato con demasiada frecuencia.
El tenrec, una alternativa ante la prohibición del erizo como mascota Clic para tuitearAlimentación
En estado salvaje prácticamente la totalidad de su dieta se basa en insectos y algunos frutos. Sin embargo, en cautividad se ha comprobado que el alimento extrusionado para gatitos de alta calidad constituye una buena base, además de contribuir a una correcta higiene dental. Este no deberá contener pescado y al menos contendrá un 30 % de proteína y un intervalo de grasas de entre un 15 y un 20 %. Los tenrecs muestran marcadas preferencias individuales por alimentos concretos, por lo que resulta una buena idea probar diferentes marcas comerciales.
Varias veces por semana se les debe proporcionar alimento vivo variado como caracoles, babosas, gusanos de la harina, grillos, langostas, gusanos de la miel o cucarachas, a los que debe añadirse un suplemento cálcico. Su dieta se complementará ofreciéndoles ocasionalmente fruta, verdura, pollo hervido o huevo duro.
Para suministrarles agua se puede utilizar un recipiente lo suficientemente pesado para que no lo vuelquen, aunque se acostumbran con facilidad a beber de un biberón de los utilizados para roedores.
Reproducción
Alcanzan la madurez sexual al año de edad, aunque no se suelen reproducir hasta los dos años. Al no presentar unos genitales fácilmente apreciables ni un dimorfismo sexual demasiado marcado, resulta complejo distinguir a los machos de las hembras sin ayuda de sexaje veterinario por ADN. No obstante, algunos sutiles rasgos faciales difieren en ambos sexos. Los machos muestran una cara más ancha y corta, y unos ojos más saltones que las hembras.
Durante la época de cría, macho y hembra inician un singular cortejo que se inicia con el olfateo y el contacto físico, concluyendo con el apareamiento. La cópula tiene lugar al salir de la hibernación, y tras una gestación de seis a siete semanas las hembras paren entre tres y cinco pequeños. En libertad, los nacimientos coinciden con la estación lluviosa, cuando la comida abunda. A las dos semanas de nacer las crías inician sus incursiones fuera del nido y empezarán a probar alimentos sólidos. Se muestran totalmente independientes a las cinco semanas.
Comercio responsable del tenrec
Sin obviar el dilema ético que supone mantener o no a animales exóticos como mascotas, debemos tener en cuenta que las necesidades de los tenrecs en cuanto a alimentación, alojamiento y manejo, no son siempre fáciles de garantizar.
El tenrec es originario del sur y suroeste de Madagascar, donde vive en altitudes de hasta 1.300 metros. Habita en prácticamente todos los biotopos de su rango de distribución, desde frondosos bosques a zonas áridas, evitando únicamente las zonas pantanosas. Actualmente no se encuentra amenazado, aunque la explotación de los bosques malgaches y su ahora creciente demanda para el mercado de mascotas puede poner en peligro a esta especie.
También hay que tener en cuenta que los ejemplares capturados legalmente en Madagascar que llegan al mercado presentan mayores dificultades de adaptación a la vida en cautividad. Hoy en día, diversos criadores reproducen regularmente esta especie en toda Europa, así que siempre se debe optar por adquirir ejemplares nacidos en cautividad. Además el comprador debe disponer de suficiente información para su correcto mantenimiento, y recibir una factura de compra que acredite su origen.
2 comentarios
Pingback: Echinops telfairi (Tenrec erizo menor) – Zoolo Exóticos
Hola, dispongo de una hembra que me regalaron hace dos años y quisiera saber si puedo comprar un macho para reproducirlos y si luego puedo legalizar las crias que salgan.
Gracias y saludos.