Efectos del desconfinamiento en el gato

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Nos movemos en una complicada época de pandemia causada por el COVID-19 que implica una sensación de incertidumbre y cambios en nuestra forma de vida habitual. Los efectos los sufrimos las personas, pero también los animales de compañía, y en particular el gato.

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Artículo escrito por Rosana Álvarez, veterinaria acreditada en medicina del comportamiento, Etolia, Etología veterinaria. Se puede consultar completo en EspeciesPro Nº 241.

Si algo implica esta nueva era surgida a causa del COVID-19 es una sensación de desconcierto, incertidumbre y cambios en el modelo y la forma de vida habitual a la que estábamos acostumbrados. Estos cambios producen una alteración en las emociones debido principalmente a los efectos directos del coronavirus, pero también a los indirectos, consecuencias de la adaptación a la nueva situación.

Dichos efectos los sufrimos las personas, pero también los animales de compañía, seres que comparten su vida con nosotros y que se ven afectados por los cambios en el entorno directa o indirectamente. Una de las especies con las que convivimos, y a la que estos cambios le producen más estrés, es la felina.

Consecuencias del confinamiento

Exceso de manipulación

Uno de los estudios, realizado mediante una encuesta a más de 1.000 familias, valoró los cambios en la relación entre las personas y los animales ante una modificación drástica del entorno y demostró que los animales de compañía fueron una fuente importante de apoyo emocional para las personas durante el confinamiento, sobre todo en aquellos hogares donde las personas estuvieron afectadas más negativamente en su calidad de vida.

Pero además se vio que los animales sí se habían visto perjudicados por el confinamiento, y manifestaron signos de estrés variados y problemas para adaptarse de nuevo a la rutina una vez finalizado el confinamiento.

En el caso concreto de los gatos, el hecho de verse obligados a pasar muchas horas con las personas, incluso sometidos a un exceso de manipulación a veces sin oportunidades para evitarla, les crea un estrés añadido muy importante en la convivencia. La dificultad, inexperiencia o desconocimiento de las personas para conocer las necesidades etológicas de los gatos no hace sino empeorar la situación.

Cambios en las rutinas

Otra encuesta, realizada a más de 3.000 propietarios de seis países, analizó el impacto del confinamiento en los gatos y reveló que el 20 % de los propietarios consideraron que este periodo sí había sido estresante para ellos, principalmente debido a los inevitables cambios en las rutinas.

Es importante indicar que el 33 % de los encuestados notaron cambios en el comportamiento, tanto a mejor como a peor, por ejemplo estar más cariñosos y más relajados frente a estar más ansiosos, demandar atención y maullar. Esto se traduce en que los propietarios han podido pasar más tiempo con sus gatos y por lo tanto dedicarles más atención y satisfacer sus necesidades frente al estrés causado por el cambio de rutina y la mayor manipulación.

Las conductas que se identificaron consecuencia del estrés fueron:

  • Arañar los muebles.
  • Pelearse entre ellos.
  • Orinar fuera de la bandeja.
  • Esconderse más.
  • Dormir y comer menos.
  • Ser agresivo hacia las personas.

Mayor tiempo de contacto

El gato es una especie social facultativa que no elige por naturaleza vivir en grupo y relacionarse socialmente. Es capaz de hacerlo si así lo desea, bajo sus condiciones y siempre que los recursos y el espacio disponibles lo favorezcan. Por ello, uno de los problemas más importantes que se desarrollaron  dada la presencia continuada en el hogar de muchos integrantes del grupo familiar a la vez, es la imposibilidad de encontrar la soledad deseada a lo largo del día.

Además, el hecho de que las personas con las que conviven lo hayan estado pasando mal y lo hayan superado mejor gracias a sus gatos, implicó un mayor contacto con ellos. Algo de lo que la mayoría no se beneficia, sino que le estresa.

A pesar de ello, este mayor tiempo de contacto en ocasiones derivó en una mayor implicación del propietario con las necesidades de sus gatos y un mayor entendimiento de las mismas. En consecuencia mejoró el vínculo.

Uno de los problemas más importantes para el gato durante el confinamiento fue la imposibilidad de encontrar la soledad a lo largo del día.

Desconfinamiento y nuevos cambios

El confinamiento representó un cambio, pero posteriormente llegó el desconfinamiento, con la vuelta a la rutina anterior, a la que de nuevo se vieron obligados a adaptarse. Les ocasionó estrés y diversas manifestaciones conductuales consecuencia de la frustración al verse modificada la rutina nuevamente.

Los gatos que habían pasado muchas horas junto a sus tutores han manifestado ansiedad al quedarse solos en casa y demandas de atención. Hay que tener cuidado de no satisfacer para no reforzar conductas inadecuadas, como el maullido. Hay personas que creen que su gato le pide comida mediante esa conducta y se la proporcionan en un intento por hacer que esté contento. De esta manera comienza una tendencia a ganar peso que más adelante se querrá corregir con una restricción de calorías o una dieta racionada que modificará su comportamiento negativamente. El efecto más directo y frecuente suele ser la agresividad intra o interespecífica (hacia otros gatos o hacia las personas). Además, el estrés y la agresividad pueden conducir a un problema de eliminación inadecuada (fuera del arenero).

La situación actual nos sigue llevando a cambios continuos, restricciones de movilidad, confinamientos localizados, etc. Por ello hay que tener especial cuidado en observar a los gatos e identificar las posibles conductas que indicarán que existe un problema:

  • Conflictos agresivos por pequeños que sean.
  • Esconderse o permanecer inmóvil por miedo.
  • Demanda de atención mediante maullidos.
  • Orina o heces fuera de la bandeja.
  • Comer y acicalarse más o menos.
  • Rascar más o en lugares no apropiados.

Por ello conviene recordar a las familias con gatos la importancia de mantener las medidas especificadas para reducir el estrés y las consecuencias negativas. Así mantendrán un estado emocional positivo lo más constante posible.

Como recomendación final indica a los clientes que acudan al veterinario etólogo ante cualquier duda sin demora. Si dejan pasar el tiempo todo se complicará y serán más difíciles el diagnóstico y el tratamiento.

 

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1 comentario

  1. Pingback: Entrevista: “Somos una gran fuente de estrés para ellos” - especiesPRO | publicación para comercios de animales de compañía

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