La experta en especies acuáticas, Catherine Hadfield, comparte 6 elementos a tener en cuenta para crear un plan que mitigue los factores de estrés y reduzca el riesgo de transmisión de patógenos. A continuación veremos la importancia del aislamiento, las condiciones ambientales y la monitorización de la cuarentena.
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Fuente: Quarantining fish to reduce risk of illness. Kristen Coppock, MA, DVM Jan. 18, 2022
Como se indicaba la primera parte del artículo sobre la importancia de la cuarentena, la adquisición de nuevos peces y la reintroducción de animales acuáticos en un entorno marino presenta riesgos para su salud y el bienestar de otros peces.
Hadfield, veterinario jefe del Acuario de Seattle (Washington) y coeditor de la Guía clínica de medicina de peces, indicó en un simposio las 6 características básicas necesarias para una cuarentena óptima, empezando por la planificación. Veamos los tres siguientes puntos.
Aislamiento adecuado
El aislamiento se reduce a la seguridad y a tener en cuenta la procedencia de los patógenos, señaló Hadfield.
Para la cuarentena, lo que se necesita son sistemas independientes y de recirculación. Es decir, asegurar que el agua no procede de otros sistemas de peces ni va a parar a otros sistemas.
Si se trabaja con sistemas de flujo continuo, Hadfield recomienda limitar el agua a una sola pasada para evitar el riesgo de transmisión de enfermedades.
Mantener el espacio alrededor de un sistema de cuarentena también es importante, ya que muchos parásitos y patógenos comunes de los peces pueden transmitirse por aerosol. Además, sugirió utilizar decoraciones como plantas de plástico que puedan desinfectarse fácilmente.
También hay que tener en cuenta el agua en sí. “El agua más segura, por lo general, para reducir los patógenos es probablemente el agua municipal o de la ciudad que está desclorada. También puede tratarse de agua superficial o subterránea tratada antes de su uso”, afirma Hadfield.
Fuera del sistema de cuarentena, los equipos, como los cubos, deben estar limpios y hay que lavarse las manos para reducir aún más el riesgo de transmisión de patógenos.
Condiciones ambientales ideales
Los peces deben aclimatarse siempre a sus nuevos entornos, según Hadfield. “Hay tanta complejidad en el agua que el mero hecho de sacar un pez de un tanque y pasarlo al siguiente puede suponer un enorme estrés para ese pez”, afirma.
La aclimatación de la temperatura puede hacerse dejando que el agua de la bolsa de transporte se ajuste y añadiendo gradualmente agua del nuevo hábitat.
Las condiciones ambientales deben ser ideales para la etapa de vida del animal. En este periodo necesitan unos cuidados excepcionales.
Este hábitat debe proporcionar refugio y estar situado en una zona tranquila. El entorno de cuarentena debe incluir una aireación adecuada, filtros de esponja y desinfección ultravioleta. La calidad del agua también es fundamental y hay que evitar los picos de amoníaco.
Hay que asegurarse de que, antes de añadir estos peces, se dispone de filtros biológicos preparados para manejar el amoníaco.
Monitorización
Tanto la salud de los peces como la calidad de su agua requieren una estrecha vigilancia.
Hay que observar su comportamiento, como el de los peces que se separan y los que permanecen más abajo o más arriba en el agua de lo que deberían.
Hay que vigilar las condiciones externas, como la piel, las aletas y los ojos, para detectar enrojecimiento, coloración apagada y manchas blancas, y hay que prestar atención para evaluar el esfuerzo de las branquias de los peces.
Es muy importante vigilar su alimentación, ya que a menudo están en transición a nuevas dietas.
En cuanto a la calidad del agua, hay que controlar los parámetros de amoníaco y nitrito, pH, salinidad, temperatura y cloro de agua dulce. “El mínimo de esos parámetros es muy crítico”, dijo.
En una próxima publicación veremos la importancia del diagnóstico y tratamiento, así como del mantenimiento de registros precisos.
