El final de las vacaciones y el retorno al hogar siempre son estresantes para todos, incluso para el perro. Los mayores volvemos al trabajo, los niños a la escuela y el perro a su rutina diaria de vivir entre cuatro paredes y quedarse sólo varias horas hasta el momento del paseo. La vuelta a casa puede originar problemas de conducta que son fáciles de prevenir.
Javier Rodríguez Batallé
Educador canino
Los perros, sobre todo los de tamaño mediano y grande, son animales que necesitan desfogarse haciendo ejercicio y, por desgracia, en las ciudades esta actividad es bastante difícil de realizar. De todos modos, como son animales muy adaptables, la mayoría de perros, si han recibido una buena educación desde una edad temprana, se acomodan perfectamente bien a la vida de las grandes urbes. Pero en algunos casos, tras la época vacacional surgen algunos problemas de comportamiento originados por estrés y depresión.
Más en compañía
En vacaciones el perro goza de la compañía de su propietario prácticamente en todo momento. Los paseos son más largos, así como los juegos, y no hace falta sacarlo atado continuamente. Generalmente puede hacer sus necesidades a cualquier hora, escarbar en la tierra, agarrar palitos, comer hierba, correr e incluso revolcarse en el campo. En suma, toda una serie de conductas que efectuaba cuando era un cachorro y que se intentan evitar cuando convive en un hogar.
La vuelta a la rutina ocasiona la prohibición total de muchas de estas actividades y, como el perro no puede entender el porqué, a veces continúa haciéndolas. A este proceso se le llama “extinción de la conducta aprendida”, que significa el retorno a prácticas que habían sido anteriormente corregidas mediante el aprendizaje. Algunas de estas conductas problemáticas son:
- pérdida de los hábitos de limpieza.
- robo de objetos y destrucción.
- ansiedad por separación.
- actividad exagerada.
- escarbar en alfombras o lugares donde antes no lo hacía.
Pérdida de los hábitos de limpieza
En algunos perros, tras volver al hogar reaparecen los malos hábitos de limpieza, orinando y defecando nuevamente en casa. La causa es la pérdida de costumbre de tener un horario fijo de salidas, que es lo que ocurría durante las vacaciones.
Para solucionarlo hay que volver al adiestramiento efectuado cuando era cachorro, y en pocos días se habrá arreglado el problema. No hace falta volver a colocar periódicos en el suelo para que haga sus necesidades, pero sería recomendable tenerlo más vigilado, premiarle de nuevo cuando haga sus cosas fuera de casa y en lugares apropiados y reprenderle si no lo hace.
Robo de objetos y destrucción
Durante los paseos por el campo, muchos perros cogen palos, piñas, piedras y objetos que encuentran al aire libre. Los mastican, los lanzan al aire, se los llevan corriendo, etc. Para ellos esta actividad se convierte en uno de sus juegos favoritos. Es como si todo el entorno estuviese lleno de juguetes divertidos.
Cuando el perro regresa a casa después del periodo estival desea jugar de la misma manera, y es posible que tienda a robar comida o algunos objetos que normalmente están a su alcance.
La solución es fácil, pues sólo hay que dejarle varios juguetes a su disposición y hacerle entender que son los únicos objetos con los que debe jugar. De la misma manera que en el problema anterior, hay que mostrar agrado cuando juegue con sus juguetes y reprenderle si se apodera de algún objeto ajeno.
Ansiedad por separación
El perro es un animal extremadamente social. Necesita estar en compañía de otros perros y/o personas. Además, como ya hemos dicho antes, es un animal muy rutinario.
La ansiedad por separación en el perro es uno de los problemas más graves de comportamiento que pueden aparecer tras unas vacaciones. Es un trastorno de conducta que puede ocurrirle a cualquier perro, sea de la raza que sea, aunque suelen ser más propensos los animales mayores y sobre todo los que demuestran un exagerado apego a sus dueños.
La vuelta a la rutina diaria tras las vacaciones provoca que el perro se quede solo en casa durante largas horas. Esto puede causarle una sensación de abandono que deriva en estrés y depresión. Los síntomas más habituales de este trastorno son:
- vocalización excesiva (ladridos, gemidos).
- destrucción del hogar (coger y masticar objetos).
- orinarse y defecar dentro de casa.
- rascado de puertas y paredes.
- incluso dermatitis por lamido excesivo de las patas.
Todos estos comportamientos son causados por el estrés producido por la excitación que siente el perro al creerse abandonado.
Si el problema es muy grave, es conveniente consultar con un especialista, aunque la mejor manera de evitarlo es la prevención. Hay que procurar que el cambio de vida y de costumbres del perro al llegar a casa de nuevo no sea demasiado brusco. Para ello puede intentarse que los últimos días de vacaciones sean parecidos a los que le esperan en el retorno al hogar y, ya allí, habituarlo progresivamente a las ausencias.
Actividad exagerada
Un perro que ha podido correr y jugar durante varias semanas desea seguir haciéndolo, y es muy posible que desarrolle una hiperactividad temporal los primeros días a la vuelta del periodo estival. Es frecuente que corra por toda la casa, que ladre e incluso que desobedezca algunas de las órdenes que anteriormente tenía totalmente asimiladas. Hay que tener en cuenta que generalmente las vacaciones son para toda la familia, incluida la mascota, y es normal que en este periodo se deje de lado su educación.
No es un problema grave. Sólo hay que tratar de que el perro haga el ejercicio apropiado, o sea, cansarlo cuanto sea posible en los paseos diarios y, sobre todo, repasar las normas de educación que inicialmente se le habían enseñado.
Escarbar en alfombras o lugares donde antes no lo hacía
La acción de escarbar es un comportamiento instintivo que el perro, al vivir en un piso, generalmente no realiza porque no tiene un lugar donde hacerlo. Pero si está varios días al aire libre, este impulso innato puede activarse de forma desmesurada y, al volver al hogar puede seguir intentándolo en alfombras u otros lugares. Pero es algo que suele durar muy poco tiempo, justo lo que tarda en darse cuenta de que no sirve para nada.
El problema residiría en perros que viven en casas con jardín, ya que, aunque de cachorro se le hubiera enseñado a no hacerlo en el césped, después de habérselo pasado tan bien escarbando en otros lugares, no distinguiría dónde puede y dónde no debe hacerlo. El adiestramiento es también el único método para que no vuelva a hacerlo.
3 comentarios
Pingback: Comportamiento de tu perro tras las vacaciones
Muy interesante post y muy útiles recomendaciones. A todos nos cuesta adaptarnos de nuevo a la rutina. Durante unos días “sufrimos” las consecuencias de haber disfrutado de unas vacaciones sin horarios de sueño, comidas… ¡es el precio que hay que pagar a la vuelta! jeje. En un post de nuestro blog tratamos sobre este mismo tema. Dejamos link por si alguien quisiese consultarlo: http://www.mediterraneannatural.com/vida-cotidiana/sindrome-postvacacional-en-perros-ansiedad-tristeza-y-depresion/
¡Saludos!
Pingback: Vuelta a la rutina sin estrés posvacacional, también para las mascotas - especiesPRO | publicación para comercios de animales de compañía