Con la subida de las temperaturas y las actividades propias del verano, las mascotas están expuestas a agentes o situaciones que pueden ser nocivos para ellas. Por ello, es necesario que sus cuidadores conozcan todas las precauciones que se deben tomar en esta época. Refréscales la memoria.
Cuidar la piel
Las mascotas, sobre todo aquellas de pelo blanco y corto, son susceptibles de sufrir quemaduras por efecto de la luz solar. Pueden llegar a causar dolor, enrojecimiento, ampollas e infecciones. Por ello, se deben limitar las exposiciones prolongadas al sol, así como utilizar protectores solares especiales para mascotas y no rasurar a los perros de pelo largo.
Agua fresca siempre
Asimismo, necesitan una hidratación adecuada, por lo que deben tener acceso constante a agua fresca, limpia y renovada a menudo. En el caso de los gatos, hay que buscar opciones más atractivas para estimularles a beber, como proporcionarles hielo picado o alimentos húmedos.
En verano, además, los animales suelen darse un chapuzón, por lo que hay que estar atentos para evitar una situación de ahogo. Si esta ocurre, hay que acudir al veterinario de urgencia.
Las almohadillas de los perros son una zona muy sensible en verano
Caminar sobre el hormigón o el asfalto caliente puede causar graves quemaduras. Por eso, se deben evitar ciertos tipos de suelos a determinadas temperaturas y los paseos han de realizarse cuando el calor no sea acuciante. Además, la falta de hidratación o los objetos punzantes pueden provocar grietas y heridas en las almohadillas. Productos como crema hidratante, aceite de oliva, vaselina, aloe vera, aceite de coco y rosa mosqueta pueden ayudar a protegerlas.
Otro agente de riesgo para las almohadillas (y otras partes como orejas, zona interdigital de las extremidades y nariz) son las espigas, que se clavan rápidamente, pudiendo provocar úlceras e infecciones. Sus síntomas, que dependen de la zona en la que se claven, son: inquietud, dolor, rascado y sacudida constante en las orejas; estornudos, molestia, sangrado y rascado en la cavidad nasal; y lametones continuos si se trata de la zona interdigital o las almohadillas.
Conocer las medidas de prevención en verano, así como saber cuándo es necesario acudir a un veterinario, es fundamental para que los cuidadores estén preparados.