“Convivir con un perro implica usar un lenguaje común y saber guiarle para tomar buenas decisiones”

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En esta entrevista Verónica Torrente, adiestradora, educadora canina y técnico en modificación de conducta nos explica cómo ha sido el boom de la tenencia de perros, la importancia que tiene educarles desde el primer día y cómo los perros considerados PPP solo tienen determinado su carácter un 30 % por la genética, mientras el otro 70 % lo da el ambiente (el humano con el que conviven).

Verónica Torrente: adiestradora, educadora canina y técnico en modificación de conducta, avalada por la ANACP y el I.C.E. y adiestradora profesional para perros potencialmente peligrosos avalado por la ANACP, el I.C.E. y EACP. Verovol81@gmail.com

Todos sabemos que España ha experimentado un boom durante la pandemia en la tenencia de perros. ¿Crees que todo el mundo está preparado para convivir con ellos de forma responsable? ¿Cuáles son los principales “peligros”?

Partiendo de la base de que en circunstancias “normales” no todo el mundo está preparado para ello, debemos sumarle la “necesidad” que se creó de tener una mascota como compañía para apalear las horas muertas y la necesidad de salir a la calle. Y esta se cubrió con los paseos de los perros (una excusa para deambular).

También he de decir que no todo fue negativo: para mucha gente que se decidió a integrar una mascota en casa supuso una gran ayuda para superar aquellos meses tan duros.

Integrar una mascota a nuestra vida debe ser algo muy meditado y consensuado por toda la familia, puesto que conlleva una responsabilidad muy grande, paseos, horarios de comida, educación…
Durante la pandemia se elevaron de forma descomunal las adopciones en las protectoras, puesto que era la forma más rápida de hacerse con ellos. ¿De dónde vino realmente el problema? En la vuelta a la “nueva normalidad”, en la que cada persona tuvo que comenzar a trabajar y a desarrollar su vida como lo hacía anteriormente, sin disponer ya del mismo tiempo, ni ganas para poder atender a su mascota.

Llegó el caos, abandonos, devoluciones a las protectoras.

El verdadero peligro llega cuando se adquieren perros con necesidades especiales como pueden ser los de trabajo; ahora se han puesto de moda los pastores belgas Malinois, perros que requieren una muy buena socialización y un adiestramiento adecuado para poder cubrir todas sus necesidades y conseguir un perro totalmente equilibrado.

No todo el mundo está dispuesto a pagar un adiestrador y no todo el mundo está capacitado para trabajarlo sin la ayuda de uno.

¿En qué consiste adiestrar un perro?

Empecemos diferenciando entre educar y adiestrar. Ambos conceptos son diferentes, pero no incompatibles. Me parece interesante recalcar este detalle a la hora de solicitar ayuda.

Adiestrar es enseñar a un animal a ejecutar determinados movimientos o habilidades siguiendo las órdenes de una persona.

La palabra adiestramiento tiene que ver más con el ámbito deportivo, o perros a los que se les enseñan habilidades y destrezas determinadas, cómo obediencia, búsqueda y rescate, perros que bailan…

En la educación se desarrollan otras habilidades más enfocadas a una integración en la sociedad y este proceso se desarrolla mediante la motivación y el refuerzo positivo, acciones más del día a día para facilitar la convivencia.

La educación canina engloba a todos los perros que conviven con nosotros en casa. Se les educa o enseña para desarrollar las habilidades necesarias según unas normas básicas de convivencia.
Convivir con un perro implica usar un lenguaje común, respeto y confianza mutua. Y sobre todo, aprender y saber guiarle a tomar buenas decisiones para una vida más cómoda para todos.

¿Cuándo se hace imprescindible recurrir a los servicios de un adiestrador profesional?

Imprescindible para mí es en el mismo momento en el que pensamos adquirir un perro.
Un buen educador, adiestrador o etólogo nos puede guiar en esa decisión, ya que es muy fácil equivocarse a la hora de adquirir una determinada raza.

En ocasiones no se valora lo que se va a elegir, las necesidades físicas o sicológicas que pueda tener el can a lo largo de su vida; esto nos puede llevar a tener muchos problemas en un futuro no muy lejano a la hora de la convivencia.

Una vez que se tiene clara la raza, se debe valorar qué se quiere hacer con el perro: si se quiere como animal de compañía o por lo contrario para trabajar en alguna disciplina. Ese es el momento en el que se debe tener claro a qué profesional recurrir: educador o adiestrador.

Lo dicho anteriormente sería lo más adecuado, pero por regla general no suele ser lo habitual. Se acude tarde o no se llega a solicitar nunca y de ahí los abandonos masivos y los grandes sustos que van aconteciendo lamentablemente en los últimos tiempos con determinadas razas.

Imprescindible para la gente suele ser en el momento en elque ya no hay manera de hacerse con el animal o cuando se amplía la familia y empiezan los conflictos.

Para mí lo adecuado sería en el momento de adquirir un perro ir perfectamente asesorado para empezar la educación desde el minuto cero de la llegada a casa.

Se vuelve a hablar de los perros potencialmente peligrosos. El Gobierno tiene previsto modificar la Ley 50/99 para evaluar el comportamiento de cada animal “sin tener en cuenta la raza concreta con la que ha nacido”. ¿Qué opinas al respecto? ¿Cuál es tu experiencia con estos perros?

Es un perro, no un PPP. No hay perros asesinos, ni malos. Los perros son gregarios. El 30 % de lo que el perro es, lo da la genética, el otro 70 % lo da el ambiente. Casualmente el ambiente del perro es el ser humano, por lo tanto es lo que hacemos del perro lo que determinará su conducta final.
El temperamento es lo que trae intrínseco a diferencia del carácter que es lo que nosotros formamos; un Pitbull, un Dogo… un perro de esas características tiene una gran potencia de mordida. No es igual que te muerda uno de estas características que un Teckel, pero puede ocurrir que un Teckel sea más agresivo que un Pitbull según haya sido criado.

La genética tiene que ver con el comportamiento, pero lo que realmente influye, es el ser humano. Lo que haya hecho durante el periodo sensible del cachorro que va de los dos a los cuatro meses, donde se debe socializar y, sobre todo muy importante, dejar al cachorro durante 60 días junto a la madre para que le enseñe a inhibir la mordida. Le enseñará mientras está jugando.

Detrás de un “PPP” hay un dueño sin los conocimientos necesarios para la tenencia de dicho perro.
Yo tuve la gran suerte de tener un staffi como primer perro y él fue el que me enseñó la bondad que hay en ellos y lo mal tratados que están por una sociedad mal asesorada y con prejuicios.

Realmente espero que la ley cambie y logremos que grandes profesionales cataloguen a cada uno por lo que es, un perro, sin etiquetas ni tapujos, solo así lograremos un trato equitativo independientemente de la raza, tamaño o peso.

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