La concienciación de los futuros propietarios de mascotas por parte de los profesionales del sector puede ayudar a paliar el grave problema de las especies invasoras.
Joaquín Guerrero Campo
Biólogo del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón
Las especies exóticas o alóctonas son aquellas que se hallan fuera de su área natural de distribución, mientras que las invasoras son las que proliferan causando daños al medio ambiente, a otras especies o a las actividades humanas y económicas. Muchas personas confunden especie exótica con especie invasora.
La mayoría de especies exóticas no representan ningún problema ambiental y muchas son fundamentales para la producción agrícola, silvícola o piscícola (pensemos por ejemplo en el maíz o la patata). Una gran parte de las especies exóticas nunca llegan a ser invasoras porque no se adaptan al nuevo ambiente. Pero una pequeña parte sí lo hacen, encontrando un nuevo lugar donde establecerse. En su nuevo ambiente carecen de enemigos naturales y sus depredadores no están habituados a la nueva especie; sus parásitos y enfermedades se quedan en su región de origen sin afectarles en su nueva área y, además, suelen ser especies muy competidoras, capaces de desplazar a las nativas. Todo ello hace que muchas de ellas se expandan rápidamente.
El incremento de transporte de personas y mercancías por todo el mundo ha permitido la llegada de muchas de estas especies, de forma involuntaria o intencionada. Su control, una vez que se establecen, es muy difícil y costoso, por lo que evitar y prevenir su introducción es sustancialmente más sencillo y económico.
Las especies exóticas invasoras ocasionan la desaparición de otras especies similares autóctonas. Su expansión es uno de los grandes problemas que en la actualidad amenazan los ecosistemas naturales y la biodiversidad existente en el planeta. De hecho, se reconoce que constituyen la segunda causa de desaparición de especies después de la pérdida de hábitats, y se estima que el 40 % de las extinciones animales producidas en los últimos cinco siglos se deben a ellas.
El comercio de animales de compañía también está implicado en la llegada de de especies exóticas. Por ello, es necesario adoptar una serie de medidas para evitar que estas especies puedan colonizar un nuevo ambiente.
Las buenas prácticas son cosa de todos
Los buenos hábitos son fundamentales para frenar el avance de las especies invasoras. Es muy importante que incorporemos estas buenas prácticas y acciones en nuestra vida, e intentemos que las personas que nos rodean también lo hagan.
Adquirir mascotas
Si piensas adquirir animales de compañía exóticos para venderlos posteriormente (por ejemplo, en tu tienda) hazlo a través de proveedores que sean profesionales autorizados. Para ello, es preciso obtener los documentos que demuestren que los ejemplares están debidamente certificados, legalmente importados (CITES) y libres de parásitos y enfermedades (certificado sanitario).
Es muy conveniente solicitar al proveedor información sobre la mascota. Por ejemplo, cual es su nombre científico, lo que nos facilitará acceder a mucha información a través de la red. También cuál es su área de procedencia, el tipo de hábitat donde vive en su lugar de origen, su comportamiento y alimentación, etc. Esta información te ayudará a mantenerla mejor, a orientar y dar mejor servicio a tu cliente y también a proteger el medio natural.
Vender mascotas
Al vender un animal debemos recalcar a los compradores que nunca la abandonen o liberen en la naturaleza. Debes insistir a tus clientes o dueños finales de las mascotas, que los mamíferos y aves exóticas en libertad pueden causar serios daños sobre poblaciones autóctonas. Hay que recordarles siempre que adquirir una mascota es adquirir una responsabilidad. Si en el futuro no pueden quedarse con su mascota, pueden regalarla a una persona de confianza, devolverla a una tienda especializada o llevarla a un servicio de recogida de animales, pero nunca liberarla en la naturaleza.
Delito tipificado
El Código Penal Español (Ley orgánica 10/1995) tipifica como delito la liberación intencionada de especies exóticas. Así, establece en su artículo nº 333 que “El que introdujera o liberara especies de flora o fauna no autóctona, de modo que perjudique el equilibrio biológico, contraviniendo las Leyes o disposiciones de carácter general protectoras de las especies de flora o fauna, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a 24 meses”.
Por su parte, el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras.
Nos encontramos con un problema global serio y de una importancia creciente, que tenemos que intentar frenar con la ayuda y el compromiso de todos: comerciantes, futuros propietarios y autoridades competentes.
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