Medusas en el acuario

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Las medusas habitan en todos los mares del mundo, con condiciones paramétricas del agua diferentes, desde el trópico hasta el ártico. Están englobadas en el grupo de animales gelatinosos pertenecientes al filo Cnidaria y en él podemos encontrar corales, anémonas o hidras.

Todos comparten una característica común: la posesión de células urticantes llamadas cnidocitos.
Son animales biológicamente muy simples, con sistemas nada complejos que apenas tienen órganos sensoriales, pero poseen una capacidad de adaptación increíble.

Gracias a esta capacidad las medusas están presentes desde hace más de 400 millones de años en el planeta.

Ciclo de vida

Tienen un ciclo de vida doble con distintas fases:

  • Pólipo: la forma de resistencia inmóvil del animal, capaz de mantenerse en latencia durante años.
  • Larva: forma parte del plancton.
  • Medusa: la forma móvil.

Generalmente su ciclo combina una parte sexual y otra asexual. Comienza con dos individuos adultos (macho y hembra) que sueltan sus gametos al agua. La fecundación ocurre externamente y da lugar a una larva que formará parte del plancton durante un tiempo.

Cuando cae al fondo se transforma en un pólipo (animal con tentáculos e inmóvil fijado a un sustrato). Los pólipos se dividen por gemación o por estolones tapizando el fondo donde se han fijado.

En un momento determinado, si hay algún factor detonante los pólipos se empiezan a transformar y a dividirse en capas. Cada capa es un individuo nuevo que al liberarse del pólipo se conoce como éfira. Así empieza la vida de la medusa, la forma móvil.

La liberación de las éfiras se llama estrobilación: un proceso de clonación ya que todas son exactamente iguales. Tienen forma de estrella y una vez liberadas se alimentan constantemente y van creciendo hasta convertirse en las medusas adultas que conocemos.

La combinación de reproducción sexual y asexual les confiere una gran adaptabilidad frente a los cambios ambientales que se pueden producir en el hábitat donde viven.

Poder urticante

Las medusas son venenosas porque tienen en su interior unas células especializadas -nematocistos cnidocitos- que contienen un dardo que se dispara por contacto y se clava en la presa. El grado de toxicidad difiere según la especie y en muchos casos va acorde al tipo de presa que comen. Hay medusas muy venenosas mortales como las cubomedusas y otras totalmente inocuas como la medusa luna y la medusa de Papua.

Todas las medusas son carnívoras y comen el plancton que se encuentra en la columna de agua. A medida que van nadando y pulsando van capturando la comida que conducen hasta la boca por unos canales en sus brazos. Algunas comen peces, crustáceos, incluso otras medusas. También hay especies que tienen en su interior algas en simbiosis que hacen la fotosíntesis.

Desde hace años se celebran exhibiciones de medusas en acuarios públicos que producen en los espectadores una sensación de calma y bienestar enfatizado por el movimiento hipnótico de su natación. Los acuarios ya de por si producen relajación a quien lo observa pero con los movimientos suaves de las medusas esto se potencia aun más.

Autora: Ana Gordillo Suárez
Bióloga marina. Medusea
Artículo publicado en EspeciesPro Nº 238 (septiembre)

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