Hazaña veterinaria española: los veterinarios del Oceanogràfic de Valencia realizaron una intervención con microcirugía a un hipocampo (más conocido como caballito de mar) que había parido unas mil crías y que había sufrido un prolapso de su bolsa incubadora.
Excepcional forma de reproducción
Esta especie cambia los hábitos reproductivos conocidos: es excepcional dentro del mundo animal. Los machos son los responsable de incubar la puesta de huevos maduros que deposita la hembra. Para ello cuentan con una bolsa incubadora, dentro de la cual son fertilizados.
La fecundación se va produciendo conforme los huevos se depositan en el saco del macho y la entrada de los huevos en el saco y su fertilización se produce en apenas unos segundos. Al cabo de entre dos y seis semanas (según la especie) el macho va dejando salir las crías del interior de su bolsa durante varias horas.
En ocasiones después de parir, debido al gran esfuerzo o número de crías, la bolsa puede sufrir un prolapso, es decir, se da la vuelta como un calcetín.
Los profesionales que cuidan de estos animales en el Oceanogràfic de Valencia fueron quienes descubrieron esta anomalía y actuaron inmediatamente: anestesiaron al animal y realizaron la intervención para devolver la bolsa a su lugar.
Esta intervención requirió microcirugía con lupas especiales para cerrar la abertura con un punto de sutura.
Puedes acceder a este enlace para el vídeo de la intervención.
Una curiosidad de los caballitos
Los caballitos de mar se mantienen en una posición erecta gracias a su aleta dorsal. Para desplazarse de forma vertical ajustan el volumen de aire de las vejigas natatorias y movilizan las aletas pectorales. Estas son muy tenues y tienen forma de abanico. La dorsal impulsa los desplazamientos horizontales, y la agita unas tres veces y media por segundo.
No tienen aleta anal, en su lugar tienen una cola prensil, que se enrolla en espiral y les permite aferrarse a corales y plantas subacuáticas.
Por diferentes motivos, como la destrucción de sus hábitat o la pesca indiscriminada, los caballitos de mar son especies amenazadas. Su comercio está regulado desde 2004 por Cites, Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, incluyendo los animales procedentes de cría.