Una aproximación a los guppys

Los guppys son una especie tremendamente popular entre los aficionados, y es un pez con el que muchas personas se han aproximado al mundo de los acuarios. En este artículo se recuerdan algunas de sus características básicas.

Omar Iruela
Aquacuba

El primer nombre científico de este pez fue Poecilia reticulata en 1859. El alemán Peters tuvo esa primacía. De Filippi en 1861 lo denominó como Lebistes poeciloides, cambió en 1913 a Lebistes reticulatus y finalmente en 1963 se le dio el actual de Poecilia reticulata (Peters, 1859). ¿De dónde viene el nombre de guppy, tan popular no sólo entre los aficionados, sino también entre los profanos? Procede del Dr. Plantagenet Lechmere Guppy y su padre, quienes enviaron unos ejemplares importados desde la isla caribeña de Trinidad al museo South Kensington de Londres para su identificación y clasificación.

Hábitat

Esta especie se extiende por Trinidad, Martinica, Barbados y Norte de Sudamérica. Incluso hoy en día es común encontrarla en orillas de embalses y presas, perfectamente adaptada, después que tal vez medio siglo atrás algún inconsciente lo pusiera en libertad en nuestro medio natural. Los peces que hoy se observan en las tiendas no tienen nada que ver con sus antecesores salvajes, muy similares a la Gambusia.

El medio natural del guppy está formado por ríos, arroyos, lagos y lagunas de aguas tranquilas, con un pH entre 7 y 8, KH 14-18 y dGH 14-18. La temperatura ideal está entre 24 y 28°C. Requiere niveles libres de nitritos, agua muy limpia y de 14 a 16 mg/l de oxígeno. Claro que estas condiciones ideales no siempre son las que se han utilizado en las tiendas para criar el nuevo ejemplar. Conviene entonces colocarlo en un acuario con pH neutro y modificar poco a poco a valores más alcalinos (7.5 a 8).

Mantenimiento en el acuario

El acuario debe ser lo más amplio posible. Se recomienda tener un macho y dos hembras por cada 12-14 litros de agua si se busca mantener ejemplares hermosos y fuertes. Además, el acuario debe ser específico o, en todo caso, interespecífico con la adición de algunas corydoras.

Un filtro de fondo basta para ese acuario pues no se precisa que la filtración sea muy enérgica. Si el acuario tiene más de un metro de largo la placa debe tener dos o más salidas. Requiere arena fina de río y una plantación densa con el centro descubierto. Pueden incluirse Cabomba, Miriophyllum, Vallisneria y la más apreciada por los criadores de guppys: Ceratopteris thalictroides (helecho japonés). Suele decirse que si esa planta crece bien lo mismo hará el guppy, sirviendo de medidor natural de las condiciones del acuario, pues este helecho se resiente con la alteración de las características del agua y se desprende del fondo.

El nombre de los populares guppys procede del Dr. Plantagenet Lechmere Guppy Clic para tuitear

No debe olvidarse realizar cambios de agua muy frecuentes. Si se dispone de tiempo suficiente conviene hacerlo cada tres días renovando la sexta parte del agua del acuario. El agua vieja mezclada al 50 % con nueva es inmejorable gracias al contenido de microorganismos y hormonas. Cuando el cambio se limite a los fines de semana la proporción de agua  renovada será de un tercio. Estos cambios evitan que sustancias de desecho provenientes de los propios peces inhiban el desarrollo de los ejemplares.

La iluminación será intensa, acorde con la plantación densa recomendada para tener un acuario atractivo, debiendo suministrarse unas 14 horas de luz diaria.

Para los amantes del acuario comunitario la presencia de estos peces debe estar condicionada a los ataques a sus aletas por parte de probables compañeros de hogar. Se puede añadir a la Corydora otros acompañantes como Platy, Xiphophorus helleri, Molly, Colisa lalia y Colisa chuna, peces lápices y peces de cristal.

Los guppys no son muy sensibles al cloro y algunos criadores agregan una cucharadita de sal por cada cinco litros de agua, pudiendo adaptarse al agua de mar (pH 7.8 a 8.4).

Alimentación de los guppys

El guppy es omnívoro, pero eso no quiere decir que hay que limitarlo a la clásica comida seca. Su dieta ideal debería contener un 35 % de proteínas, 15 % de grasas, 1 % de vitaminas, 4 % de colágeno (fibra) y un 45 % de oligoelementos sobre todo en forma de calcio y fósforo.

La larva de mosquito es un excelente alimento para el guppy, así como las algas. Petrovicky recomienda la papilla de espinacas, artemia, tubifex, microgusanos, hígado de res o pollo crudo y fresco 4 o 5 veces por semana, así como una papilla casera compuesta por pescado y sus huevas, hígado, corazón de ternera y patata para ir variando el menú.

El hecho de que el guppy tenga un estómago y tracto digestivo muy pequeño hace que pueda consumir cantidades pequeñas de alimento que asimila muy rápidamente, por lo que debe comer casi de continuo: por la mañana, al mediodía, por la tarde y una hora antes de apagar la luz. Todo eso si su ritmo de vida lo permite, pero en todo caso no se le debe dar comida una sola vez al día.