Reconocer el estado de salud de una planta de un vistazo antes de su adquisición es difícil y requiere cierta experiencia. No obstante, hay medidas básicas que podemos tomar, tanto para desechar los ejemplares en mal estado como para no introducir con ellas organismos no deseados y facilitar la crítica fase de aclimatación. Así debemos elegir plantas de acuario.
Ángel Garvía
Biólogo experto en acuariofilia
La salud de las plantas de acuario está únicamente al alcance de expertos, y es aún menos conocida que la patología de los peces de acuario, que ya es decir. Poder averiguar qué problema concreto tiene una determinada planta que se marchita o simplemente ha dejado de crecer es realmente difícil. En este contexto, resulta de mayor importancia, si cabe, el conocido refrán de más vale prevenir que curar. Y sin duda la prevención comienza en el mismo instante de la elección de la planta y continúa con una correcta aclimatación a la nueva instalación. Veamos el primero de estos procesos, es decir, qué hacer para elegir la planta.
Algunos signos de mala salud
A la hora de elegir plantas de acuario hay que observar detalladamente hojas, tallo y raíces, es decir, toda la planta.
Existen algunos signos y traumatismos muy evidentes, como zonas en putrefacción, tallos fracturados y hojas rotas o transparentadas, pero en general, saber reconocer signos de deterioro o enfermedad supone cierta experiencia por parte del profesional. Para poder diferenciar que una coloración o un aspecto es anormal, y por tanto indicativo de un problema, deberemos saber primero cuál es la coloración y el aspecto habitual de la planta. En una planta sana color, consistencia del tallo y cantidad y disposición de las hojas deben corresponderse al patrón típico de la especie o variedad, siempre teniendo en cuenta que existe cierta variabilidad que no siempre corresponde a un mal mantenimiento. Si no se tiene la formación suficiente, el asesoramiento del profesional es fundamental, como en tantos otros aspectos de la relación comerciante- cliente.
La tonalidad
- Un tono apagado, que podríamos definir como triste o flojo, puede indicar estrés por iluminación insuficiente o deficiencia de compuestos inorgánicos.
- La presencia de clorosis, hojas amarillentas principalmente entre los nervios, también es signo de carencia de elementos inorgánicos.
- La clorosis exclusiva de hojas jóvenes puede indicar falta de hierro, pues este está inmovilizado dentro de la planta y no puede pasar de las hojas viejas a las nuevas.
- Algunas clorosis más raras están motivadas por exceso de ciertos metales como cobre, cobalto o cadmio, y mucho más infrecuentemente por cinc o cromo.
Las hojas
El estado de las hojas de la planta puede decirnos mucho sobre las condiciones en las que se ha mantenido; aunque tampoco se debe ser demasiado exigente, no todas las plantas sanas tienen todas sus hojas en perfecto estado.
- Lesiones o manchitas marrones indican un comienzo de descomposición, que puede tener su origen en concentraciones excesivas de compuestos nitrogenados.
- Las manchas de tonos pardos o negros pueden tener el mismo origen, pero también ser consecuencia de exceso de fosfatos o hierro por abuso de abono.
- Bordes y ápices parduscos también pueden indicar carencias nutricionales.
Las hojas no deben presentar agujeros, bordes raídos ni zonas transparentadas o erosionadas, que suelen ser obra de caracoles y peces herbívoros. Estos últimos también pueden originar plantas con aspecto deshojado, en las que es evidente que se han eliminado, es decir comido, hojas enteras. Tampoco es deseable la presencia de sedimentos blanquecinos en su superficie, que son depósitos calcáreos consecuencia de una escasez de anhídrido carbónico. En el caso concreto de las plantas del género Cryptocoryne, y dada la incidencia de la denominada “enfermedad o putrefacción de las cryptocorinas”, es conveniente fijarse detenidamente en que las hojas no presenten pequeños agujeros o manchas con aspecto vítreo o amorfo.
Aspecto general
Una incorrecta iluminación origina plantas con aspecto delgado, raquítico, que se caracterizan por tener un número escaso de hojas y de tamaño más pequeño de lo normal, además de tallos muy largos entre los nudos o excesivamente hinchados o débiles. Los rizomas deben estar robustos y consistentes al presionar ligeramente con los dedos, y las raíces deben tener buen aspecto, sin zonas demasiado rotas ni putrefacciones evidentes. Además del estado digamos puramente físico de la planta, podemos observar otros aspectos que pueden ser indicativos de su estado de salud. La estancia media de la planta en el comercio mayorista o minorista suele ser corta; en realidad la idea que se tiene es de un paso fugaz, cuanto más rápido mejor, hasta llegar al acuario del cliente final, aunque no siempre se consigue llevar a cabo. Este concepto no es malo en sí mismo, ni mucho menos, pero sí hace que algunos comerciantes, generalmente mayoristas, oferten directamente las plantas de acuario tal y como les llegan, aún en la bolsa individual de plástico con la que suelen transportarse.
Una mala iluminación origina plantas de aspecto delgado y tamaño más pequeño de lo normal Clic para tuitearEsta situación no debe ser considerada más que como una medida estrictamente temporal, cuando la adquisición por los clientes se realiza en un periodo que más que de días debería ser de horas, 24-48 desde que se reciben. Hay que valorar que ya pueden llevar varios días en dichas bolsas desde que se empaquetaron en su lugar de origen. Evidentemente todos los signos de mala salud descritos difícilmente se podrán observar con la planta metida en el plástico, a no ser claro está que la situación sea ya verdaderamente desastrosa. Si se importan plantas en grandes cantidades puede ser interesante realizar un chequeo aleatorio, en especial con las especies más delicadas, sacando la maceta de la planta y realizando una inspección visual.
Muchos comercios que cuentan con una buena rotación de plantas simplemente las colocan en un acuario con filtración, bien iluminado y con una temperatura de 21-26 °C. Por lo general es más que suficiente para que permanezcan unos días hasta su venta al cliente final, siempre que se coloquen verticalmente, más o menos ancladas en el sustrato. Permanecer en posición horizontal, flotando en la superficie, es muy estresante para la mayoría de las plantas que se comercializan para acuario. En resumen, según cómo estén colocadas las plantas dará una idea de si están o no bien cuidadas.
5 comentarios
Pingback: El estrés de la aclimatación en las plantas de acuario - especiesPRO | publicación para comercios de animales de compañía
Pingback: ¿Por qué son adecuados los killis para iniciarse en la acuariofilia?
Pingback: Una aproximación a los guppys - EspeciesPRO
Pingback: ¿Acuarios sin peces? Aquí tienes algunos ejemplos - especiesPRO | publicación para comercios de animales de compañía
Pingback: 4 acciones para prevenir enfermedades en plantas de acuario - especiesPRO | publicación para comercios de animales de compañía