En 2021 se abandonaron cerca de 285.000 animales de compañía en España y, aunque la cifra supone un ligero descenso en comparación a 2020 (306.000 mascotas). Aún representa un número alarmante de abandonos. En este sentido, es importante que las familias tengan claras las responsabilidades que conlleva compartir su día a día con un animal de compañía. Guillermo Hueso Borrás, Profesor del Curso de Asistente y Auxiliar Técnico de Veterinaria de Nubika, nos explica cómo orientar a los clientes.
Guillermo Hueso Borrás
Hoy en día hay mucha información sobre la tenencia de animales de compañía, ¿de verdad todavía se compran animales por impulso?
Pese a que en los últimos años ha aumentado la concienciación, sorprendentemente, se siguen comprando animales de compañía por impulso. Además, también se siguen regalando, sin saber si la persona a la que se le regala va a asumir la responsabilidad que supone la tenencia de un animal de compañía.
¿Qué tipo de animales se adquieren sin una reflexión previa con mayor frecuencia?
Aunque en muchas comunidades autónomas ya no se permita, y hasta que se apruebe la ley de bienestar animal, algunos animales pueden ser expuestos en escaparates. Esto hace que sea mucho más fácil comprar un animal por impulso. Es por esto que en pleno 2022, se siguen comprando perros y gatos sin una reflexión previa. Además, se compran por impulso aquellos animales que pueden vivir en pequeñas jaulas y que no ocupan mucho espacio en los hogares ni suponen grandes exigencias, como es el caso de los pequeños roedores, lagomorfos y aves.
¿Qué puntos debe tener claros una familia que muestra interés por incluir un animal de compañía en su vida?
Lo primero que se ha de pensar a la hora de tener un animal, es que, si todo va bien, va a vivir muchos años. Nuestra situación en ese tiempo puede cambiar, pero el animal va a seguir necesitando nuestros cuidados. He encontrado a lo largo de mi profesión, personas que no pueden hacerse cargo de sus animales por que se han mudado de casa, o por que tienen que irse a trabajar en otro país.
Lo segundo que hay que tener en cuenta es el factor económico. Los animales de compañía suponen gasto. En mayor o en menor medida, pero el gasto será siempre considerable. Alimentarle, desparasitarle, gastos veterinarios, residencias… Si no se tiene una economía solvente, quizá no sea el mejor momento para tener un animal de compañía.
Y lo tercero, es el absoluto convencimiento de que queremos tenerlo, educarlo, mantenerlo, pasearlo, quererlo y darle todo lo que necesita durante toda su vida.
Aunque haya una reflexión previa, hay quienes no son capaces de responsabilizarse de sus actos. Lo vemos en el día a día de nuestra sociedad. ¿Cómo pueden actuar los profesionales de los establecimientos especializados en animales de compañía para incrementar la tenencia responsable entre sus clientes?
La clave es la pedagogía. A mis alumnos de ATV siempre les digo que con los clientes no solo hay que tener paciencia, si no que además hay que intentar ser pedagógico. Por ejemplo, es muy común que se presenten pacientes en clínica con problemas en sus animales, típicos de la raza que han comprado, y de cuya existencia no sabían nada cuando los adquirieron. Es nuestro papel como profesionales, ya seamos veterinarios, auxiliares, dependientes de tiendas de animales, enseñar a todos los propietarios cuáles son las necesidades de cada animal, para evitar problemas de salud, de comportamiento, o abandonos.
