Según datos de la Fundación Affinity, 50.000 perros y gatos podrían haber llegado en forma de regalo a los hogares españoles durante las pasadas navidades y Reyes, muchos de ellos de forma inesperada. Ante la llegada imprevista de un perro o un gato al hogar, la Fundación recuerda que, para conseguir establecer un vínculo fuerte, es fundamental dedicar tiempo a entender cómo es el animal que ha llegado a nuestra vida, educarle y comprender qué tenemos que hacer para adaptarnos a la nueva situación.
Isabel Buil, directora de la Fundación Affinity, subraya la necesidad de abordar esta situación con compromiso y paciencia: “Cuando llega un perro o gato a la familia es fundamental tener en cuenta que tanto los miembros de la familia como el animal pueden necesitar un período de adaptación para que esta nueva relación se consolide. Y en este punto debemos dejar a un lado nuestras expectativas, tener paciencia, ya que en algunas ocasiones este proceso puede durar más tiempo del que pensamos, y recurrir a un profesional para que nos guie en esta etapa de adaptación y educación”.
Tanto si la llegada del animal se ha producido en forma de regalo sorpresa, como si era algo esperado, es clave tener en cuenta varios aspectos.
1. Cubrir sus necesidades básicas de salud, alimentación y comportamiento
Para cuidarle de forma responsable debemos conocer y respetar las características del animal. Por ejemplo, hay animales que pueden necesitar una atención veterinaria determinada o una alimentación especial. En relación con su comportamiento, debemos proporcionarle un entorno que le permita expresar aquellas conductas que le hagan sentir bien, como la exploración del entorno, el contacto social o el juego.
2. Educarlo es fundamental para una buena convivencia
Una educación comienza por una buena comunicación. Debemos conocer bien el lenguaje de nuestro perro o gato y aprender a comunicarnos con él de una forma que nos entienda. A través de la educación, podremos establecer pautas de convivencia y mejorar la calidad de esta. Además, nos ayuda a construir un vínculo afectivo más sólido. La mejor forma de hacerlo es en positivo, es decir, premiarlo cuando muestre una conducta apropiada, evitando el castigo cuando la conducta sea inadecuada. Es muy aconsejable acudir a un profesional de la educación para que nos guíe en este proceso.
3. Ofrecerle un entorno estimulante y pasar tiempo con él
La actividad lúdica es imprescindible tanto para el propio animal como para fortalecer el vínculo. Jugando, tú disfrutarás, y ellos practicarán sus habilidades de forma divertida. Pero no solo es un entretenimiento, sino que, en su caso, forma parte de sus necesidades básicas y es una fuente de bienestar para él. Por ejemplo, para los perros, la hora del paseo es un buen momento para liberar tensiones, socializar con otros perros y tener nuevos estímulos. Para los gatos, jugar juntos cada día es algo necesario para su bienestar.
4. Adaptar el estilo de vida
Un nuevo miembro en la familia puede requerir hacer cambios para ajustarlos a las nuevas necesidades. Piensa en la organización del espacio y donde tendrá ubicadas sus cosas (cama, comida, juguetes…) así como en la organización de las tareas como paseos, tiempo de juego, cuidados básicos… Esto será imprescindible para que cada persona sepa qué debe hacer y el perro o gato tenga sus necesidades cubiertas
5. Paciencia en la adaptación y actuar antes de que aparezcan problemas
Para mantener una buena convivencia con nuestro animal de compañía es fundamental ser paciente, especialmente durante el proceso de adaptación. También es esencial trabajar en aquellas conductas que pueden indicar y derivar problemas a futuro y trabajar en ellas antes de que sea un inconveniente para el animal o para la convivencia. El veterinario puede ayudar y dar pautas adaptadas a cada situación particular.