A pesar de que muchos profesionales se dedican a la peluquería por vocación, hay veces en que no pueden disfrutar de su trabajo, debido en ocasiones a que no son capaces de aplicar una buena gestión del tiempo.
Es frecuente escuchar a los profesionales de la peluquería aquello de “sé cuándo entro a trabajar pero no cuándo salgo” y “necesitaría ocho manos para poder atender a todo”. Los clientes llegan, el teléfono suena, el perro se sacude empapando todo a su alrededor, y parece que la lista de animales que quedan por arreglar no termina nunca. ¿Qué podemos hacer? Tenemos dos opciones: o cambiamos de profesión, o respiramos hondo y nos planteamos cómo gestionar mejor nuestro tiempo.
1El análisis
Está claro que una peluquería no es como una oficina; sin embargo, hay algunos consejos de los expertos en gestión del tiempo que se pueden aplicar a este tipo de negocio.
Para empezar, debemos identificar dónde está el problema y en qué tareas invertimos más tiempo. Para ello es recomendable analizar nuestra jornada laboral. Dada la dinámica del trabajo, es muy posible que no podamos llevar un diario en el que apuntar cada cosa que hacemos nada más acabarla; pero sí podemos, al finalizar el día, repasar qué hemos hecho y qué imprevistos hemos tenido. Si realizamos este ejercicio durante unos cuantos días, podemos llegar a identificar patrones comunes e incluso determinar a qué horas del día somos más productivos. Esto ayudará a planificar nuestra agenda de manera más efectiva.
2Horario y carga de trabajo
Uno de los principales problemas y que más tiempo pueden hacernos perder, es atender a esos clientes que vienen a modo de “goteo” y que nos obligan a parar nuestro trabajo. Muchos establecimientos, sobre todo si no disponen de una persona que pueda recoger a los animales, establecen un horario para que los propietarios dejen a sus perros y otro para que los recojan. Obviamente hay que tener cierta flexibilidad, ya que los propietarios pueden ser personas que dejan al perro antes de acudir a su lugar de trabajo, amas de casa que deben llevar a los niños al colegio antes de pasarse por nuestro establecimiento, jubilados que pueden traer al perro a cualquier hora del día, etc. Según el perfil de nuestros clientes podemos establecer varios turnos de entrega y de recogida para que nuestro trabajo no se vea interrumpido innecesariamente. Si disponemos además de pocos boxes en los que dejar a los perros esperando su turno, este sistema puede permitirnos sacar el máximo rendimiento a nuestras instalaciones.
En cuanto a los propietarios que acuden sin hora concertada, es muy común pensar que “por uno más no pasa nada”. Hay que tener cuidado con este pensamiento, ya que probablemente el perrito que llega sin hora será el que nos ocasione más problemas y por tanto nos obligue a emplear menos tiempo en otros animales que sí tenían cita para poder terminar a tiempo. Además, probablemente el cliente que no pide cita una vez y se le atiende vuelva a hacer lo mismo en el futuro. No hay que tener miedo de decir que no; educar a los clientes nos ahorrará muchos problemas en el futuro.
Educar a los clientes nos ahorrará muchos problemas en el futuro Clic para tuitearPor otro lado, no debemos coger más animales que los que realmente podemos arreglar. Debemos ser conscientes en todo momento que estamos trabajando con seres vivos y que los imprevistos están a la orden del día. Organiza tu agenda de manera realista y deja cierto intervalo de tiempo (llamémoslo “de seguridad”) para cada animal por si surgiera algún problema.
3Charla y teléfono
No hay nada más frustrante que estar arreglando a un animal y no poder coger el teléfono. Por eso, y esto es importante para aquellos peluqueros que están solos, apóyate en el servicio de mensajes de voz, y después devuelve las llamadas a los clientes. Este método reduce el estrés, puede evitar posibles accidentes y permite que el trabajo no se vea interrumpido constantemente, con lo que la productividad aumenta.
Otra situación en la que el peluquero puede perder tiempo es cuando recoge al animal o lo entrega y el propietario decide que como él no tiene prisa, puede quedarse a charlar. En estos casos hay que tener mano izquierda y “despachar” elegantemente al cliente alegando que aunque nos encantaría seguir con la conversación, si no volvemos al trabajo no terminaremos nunca.
4Organización
Es indudable que invertir en un buen equipo es clave para conseguir una alta productividad, pero igualmente importante es mantener nuestras herramientas de trabajo perfectamente ordenadas y accesibles para cuando las necesitemos. Los champús y acondicionadores, por ejemplo, deberían seguir el principio first in, first out (lo primero que entra, es lo primero que sale). De esta manera no nos encontraremos con frascos medio empezados o vacíos mezclados con los que están totalmente llenos. Además, en el caso de productos que tengan fecha de caducidad, tendremos un mayor control de nuestro stock.
También es muy importante tener una base de datos de clientes organizada y actualizarla tras cada visita. De esta manera, si el propietario nos pide “el mismo corte que le hiciste la última vez”, un rápido vistazo a su ficha nos permitirá saber qué debemos hacer sin tener que recurrir a una memoria que, en ocasiones, no funciona hasta ese punto de detalle. Otro pequeño truco que nos permite ahorrar tiempo.
Éstos son sólo algunos de los numerosos consejos acerca de cómo organizar mejor nuestro tiempo; todos son de sentido común y muchos puede que ya los pongas en práctica. En este caso, continúa analizando tu jornada laboral, seguro que hay pequeños detalles que te pueden hacer ahorrar tiempo y trabajar mejor.