La pérdida de una mascota es uno de los momentos más dolorosos para cualquier tutor. Los perros y gatos se convierten en miembros de la familia y su fallecimiento, ya sea en casa o en la clínica veterinaria, plantea muchas dudas sobre qué pasos seguir. En este artículo, te ofrecemos una guía para ayudar a tus clientes sobre qué hacer en estos difíciles momentos, incluyendo las opciones disponibles para el cuidado del cuerpo de la mascota y los trámites legales necesarios.
1º. Mantener la calma y asumir la situación
El primer paso es mantener la calma y aceptar el fallecimiento de la mascota. Este es un momento emocionalmente intenso, por lo que es importante tomarse un tiempo para despedirse y procesar lo ocurrido antes de tomar decisiones. Tanto si la mascota ha fallecido en casa como en una clínica veterinaria, el siguiente paso es contactar con un veterinario si no está presente.
2º. Recurrir al veterinario
- Si una mascota fallece en casa, lo más recomendable es llamar al veterinario de confianza para que nos asesore sobre los pasos a seguir. El veterinario puede ofrecer orientación sobre el manejo adecuado del cuerpo y las opciones para su disposición final.
- Si fallece en la clínica veterinaria, el personal ya estará familiarizado con el proceso y podrá ayudar directamente con los trámites y el cuidado del cuerpo de la mascota.
3º. Opciones póstumas
Existen varias opciones disponibles para el manejo del cuerpo de una mascota. Veamos las más comunes:
- Llamar al servicio municipal de recogida de animales muertos. Algunos ayuntamientos ofrecen un servicio de recogida, unos son gratuitos y otros no.
- Cremación colectiva: es una opción frecuente en la que el cuerpo de la mascota es incinerado junto con otros animales. Es un proceso respetuoso, pero no es posible recibir las cenizas de la mascota.
- Cremación individual: para conservar las cenizas de la mascota, la cremación individual permite recibirlas en una urna especial. Muchos propietarios eligen esta opción para mantener un recuerdo tangible de su compañero.
- Entierro en un cementerio de mascotas: existen algunos espacios destinados específicamente al entierro de mascotas. Esta opción brinda un lugar de descanso final donde visitar y honrar la memoria de la mascota.
Enterrar a las mascotas en el jardín o en terrenos privados está prohibido por la normativa autonómica y municipal.
4º. Trámites legales y notificación del fallecimiento
Es importante notificar el fallecimiento de la mascota a las autoridades locales o al registro de mascotas para darle de baja. Es necesario pedir el certificado que acredite que el animal fue incinerado o enterrado y facilitar el número de microchip. En muchos casos, el veterinario puede encargarse de esta notificación, pero es importante confirmar que se ha realizado este trámite.
Si la mascota tenía un seguro, también hay que informar a la aseguradora del fallecimiento para cancelar la póliza o gestionar cualquier reclamación en caso de que cubra los gastos relacionados con la cremación o el entierro.
5º. Considerar el apoyo emocional
La pérdida de una mascota puede ser devastadora, y muchas personas experimentan un duelo profundo. Hay que poner especial atención en los niños. No debemos dudar en recomendar el apoyo emocional que puede venir de amigos, familiares o incluso grupos de apoyo específicos para la pérdida de mascotas. Algunas clínicas veterinarias y refugios de animales ofrecen recursos para ayudar a los propietarios a sobrellevar la pérdida.
6º. Recordar a la mascota
Existen varias formas de honrar la memoria de una mascota, desde conservar sus cenizas en una urna, hacer un pequeño memorial en casa o plantar un árbol en su honor. También se pueden crear álbumes de fotos o recuerdos que ayuden al tutor a celebrar los momentos felices compartidos con ella.
7º. Reflexionar antes de adoptar otra
Aunque la pérdida de una mascota deja un vacío en el hogar, es importante tomarse un tiempo para procesar el duelo antes de considerar la adopción de otro animal. Cada mascota es única, y el proceso de duelo es diferente para cada persona. Cuando el cliente esté listo para dar un nuevo hogar a otro animal, será un momento especial, pero no debe sentirse presionado a hacerlo rápidamente.
El fallecimiento de una mascota es una experiencia dolorosa, pero saber qué hacer en esos momentos difíciles puede ayudar a manejar el proceso de manera más tranquila. Al tomar decisiones sobre el cuidado del cuerpo de la mascota y considerar las opciones legales y emocionales, los clientes pueden despedirse de su compañero de manera respetuosa. Recuérdales que no están solos en este proceso, y que los veterinarios y otros profesionales pueden brindarles el apoyo que necesitan en estos momentos tan delicados.