Presumen orgullosos de ser la única tienda en Baleares con criadero propio. El 95 % de lo que venden ha sido criado por ellos, fruto de la insatisfacción ante lo que encontraban en el mercado a lo largo de los años.
M.ª Antonia Bautista, propietaria de Yaco, y Joan Tugores, consejero, inauguraron el negocio hace 30 años, fruto de la afición ornitológica que ambos comparten. Las circunstancias laborales de uno y el cansancio de su propio trabajo del otro les hizo lanzarse a la aventura de montar lo que tradicionalmente se llamaba pajarería. Llevaban años participando en concursos con canarios y exóticos, lo que les llevó a adquirir su primer loro, un yaco, de donde surgió el nombre del establecimiento.
Un servicio muy especializado
Presumen orgullosos de ser la única tienda en Baleares con criadero propio. El 95 % de lo que venden ha sido criado por ellos, fruto de la insatisfacción ante lo que encontraban en el mercado a lo largo de los años.
Disponen en la tienda de una zona cerrada acristalada para que sus clientes puedan ver el trabajo que realizan sin tapujos. Se dedican en exclusiva a las aves, principalmente psitácidas. Además ofrecen servicio de guardería de aves en la finca donde tienen el criadero de 7.500 m2, en una zona específica con jaulas individuales. Si la mansedumbre de las aves alojadas lo permite, las sacan cada día de sus jaulas para interactuar con ellas.
“Tratamos de mejorar día a día en el manejo de nuestros loros e intentamos transmitirlo al cliente final. Asesoramos lo mejor que podemos y sabemos. Nuestra formación es continua.”, asegura Tugores.
En el momento actual su objetivo es mantenerse donde están, subsistir ante la situación pandémica que vivimos, y sobrellevar las trabas administrativas que les quieren poner desde el MITECO, según explican. Por ejemplo, el acuerdo alcanzado en febrero para pedir un sistema de control que evite el traslado de especies exóticas a Baleares y Canarias.
Progresivamente van implementando mejoras en el negocio. Mantienen una división por zonas: animales por un lado, alimentación por otro y jaulas y accesorios por otro. La dedicación que lleva más tiempo es, sin duda, el cuidado y limpieza de los animales.
La escuela de la vida
“Formación académica especializada tenemos poca, pero sin embargo años y años de experiencia nos han dado lo que no dan los libros. El día a día, aprender de nuestros propios fracasos y escuchar e intercambiar conocimientos con otros profesionales del sector nos aporta nuevos conocimientos.”, manifiestan ante la pregunta sobre el origen de sus conocimientos. Además hacen lo posible por asistir a ferias y congresos para seguir aprendiendo y estar bien informados.
En la red
Disponen de página web y tienda online, ambas recientemente actualizadas, y también están presentes en Facebook e Instagram donde publican noticias del criadero periódicamente.
Tienen claro que hoy en día es muy importante tener presencia en internet: “Hay que estar en continuo movimiento, es un buen escaparate para nosotros poder enseñar parte de nuestro trabajo a clientes que por ubicación no vienen a la tienda”. Aseguran que muchas ventas se materializan a través de internet.
Fidelización complicada
Afirman que la fidelización del cliente es muy difícil debido a la competencia, tanto leal como desleal, asociada a la cría y venta de aves.
Su mejor publicidad es el boca a boca; unos clientes satisfechos les mandan otros, en cuanto a la venta de aves. Sin embargo, la fidelización y venta posterior es más complicada. Perciben que la mayoría acude a comprar los accesorios y el alimento a superficies comerciales o grandes plataformas sin tener en cuenta la calidad para ahorrarse unos euros. Y cuando tienen un problema, entonces sí que acuden a ellos a que les den soluciones, y a ser posible al menor coste.
Lee el artículo completo en EspeciesPro Nº 247 (junio) en la sección Protagosnistas.
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