La Ley de Bienestar Animal establece obligaciones y prohibiciones con sanciones severas por incumplimiento, lo que está llevando a una gran confusión entre los propietarios actuales y futuros de animales de compañía. Veamos cómo afecta a la tenencia y venta de gatos.
Obligaciones específicas para los gatos
En el “CAPÍTULO II Animales de compañía. Artículo 26. Obligaciones específicas con respecto a los animales de compañía” se especifica concretamente que es obligatorio:
- Identificar mediante microchip a todos los gatos. No cumplir esta obligación está considerado una infracción grave sancionada con multas de 10.000 a 50.000 euros. Tan solo el 4,3 % mascota están identificados.
- Proceder a la esterilización quirúrgica de todos los gatos antes de los 6 meses de edad salvo que estén inscritos en el registro de identificación como reproductores y a nombre de un criador registrado en el Registro de Criadores de Animales de Compañía.
Prohibiciones específicas para los gatos
Por otro lado, está prohibido, según el “Artículo 27. Prohibiciones específicas respecto de los animales de compañía”:
- Mantenerlos de forma habitual en terrazas, balcones, azoteas, trasteros, sótanos, patios y similares o vehículos.
- Dejar a un gato sin supervisión durante más de 3 días consecutivos.
- Su comercialización en tiendas de animales, así como su exhibición y exposición al público con fines comerciales. Solo podrán venderse desde criadores registrados.
En este punto hay, según informa AEDPAC, un año de carencia para las tiendas de venta de animales de compañía (Disposición transitoria cuarta):
Las tiendas que en estos momentos tengan a la venta perros, gatos y hurones, tienen hasta el próximo 29 de septiembre de 2024 para continuar realizando esta actividad. A partir de esa fecha solo podrán venderse desde criadores registrados.
Motivos por los que se puede eutanasiar a un gato
La ley establece tres supuestos por los que se puede solicitar la autanasia de un gato:
- Evitarle sufrimiento por una enfermedad que compromete gravemente su calidad de vida.
- Seguridad para las personas o animales.
- Supone un riesgo justificado para la salud pública.
Si un gato fallece, el responsable debe comunicar su baja en el registro y aportar un documento que acredite que “fue incinerado o enterrado por una empresa reconocida oficialmente para la realización de dichas actividades, haciendo constar el número de identificación del animal fallecido y el nombre y apellidos de su responsable”. Las clínicas veterinarias pueden asesorar a los propietarios.
Finalmente, hay un apartado extenso sobre las colonias felinas y su gestión.