Un informe provisional sobre animales de compañía exóticos en Escocia, financiado por la Comisión Escocesa de Bienestar Animal, pone de manifiesto la preocupación que suscita el bienestar de algunas especies no domésticas mantenidas como animales de compañía.
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El informe pretende aportar datos independientes que sirvan de base a las recomendaciones sobre la tenencia de animales de compañía exóticos. Según los investigadores, pone de relieve:
- la falta de información disponible sobre el número de animales con los que se comercia y que se tienen en propiedad,
- las condiciones en que se crían y/o transportan al Reino Unido y
- la idoneidad de los entornos de cautividad, tanto comerciales como privados.
Esta revisión se centra en:
- Las especies que se sabe o se estima que están a la venta en Escocia, excluyendo las especies que ya están prohibidas debido a la CITES o a la legislación sobre especies exóticas invasoras.
- Las mascotas exóticas muy comunes, como los conejos, los pequeños roedores (excepto los hámsteres enanos) y los canarios.
Idoneidad como mascotas
Se ha sugerido que la idoneidad de los animales como mascotas depende de cuatro factores principales:
1. Que sean fáciles de mantener en términos de necesidades fisiológicas, conductuales y ecológicas básicas;
2. Que no presenten un riesgo manifiesto de convertirse en invasores en el medio natural;
3. Que no supongan un riesgo desproporcionado para la salud humana;
4. Que dispongan de orientaciones fiables sobre su cría.
Barreras para el bienestar
Se sugieren varios factores relacionados con las necesidades de los animales de compañía exóticos como barreras particulares para satisfacer su necesidad de un entorno adecuado:
1. Necesidad de luz natural, UVB y calor, junto con suficiente ejercicio.
Especialmente en el caso de las aves, las especies grandes o peligrosas de mamíferos y reptiles, el tamaño del recinto necesario para permitir comportamientos normales, como volar, excavar, saltar o trepar, requieren varias fuentes de calor y luz, lo que puede exceder los medios y el espacio disponibles para la mayoría de los propietarios.
2. Comprender y gestionar las necesidades sociales de los animales, especialmente de aquellos que suelen vivir en grupos grandes y/o dinámicos.
Aunque no haya pruebas de sufrimiento de los animales sociales mantenidos en aislamiento, cabe esperar que se produzca basándose en una amplia evidencia en todas las especies.
3. Necesidades alimentarias complejas o desconocidas.
Muchos animales sufren desequilibrios alimentarios. Son los animales que consumen vegetales como requisito obligatorio o facultativo, y los que requieren niveles muy altos de proteínas (por ejemplo, los cefalópodos) y para los que las dietas formuladas aún no están bien adaptadas a la especie (por ejemplo, peces marinos ornamentales).
4. Se necesitan más pruebas para saber si los propietarios cumplen las condiciones óptimas (o mínimas) de cuidado
Investigaciones anteriores han detectado lagunas en la información facilitada a los propietarios (por ejemplo, de reptiles) por parte de los proveedores de animales de compañía, y los estudios de casos veterinarios ponen de relieve insuficiencias en los cuidados.
5. La endogamia y la cría en busca de fenotipos raros suponen un riesgo para el bienestar, sobre todo en el caso del erizo pigmeo africano y las pitones.
La cría no regulada e informal de animales de compañía debería investigarse y el registro de enfermedades congénitas ayudaría a tomar decisiones sobre cómo alcanzar normas de cría de la industria más transparentes y responsables.
6. El bienestar de los animales juveniles criados en cautividad, incluidos los peces, decápodos y cefalópodos, es un área crítica de investigación.
Criar animales no domésticos es una estrategia de alto riesgo, y las consecuencias imprevistas tienen de por vida, por ejemplo, en primates y aves rapaces, donde los animales no pueden ser manipulados ni adiestrados (y, por tanto, no se les puede educar). (y por tanto no se benefician en absoluto de vivir en cautividad) y no son aptos para el realojamiento.
7. Las pruebas de bienestar positivo, incluido el vínculo humano-animal, no se publican a menudo, pero son cruciales para determinar qué animales deben ser reubicados y cuáles son adecuados como mascotas.
Los animales criados de forma responsable y doméstica, bien cuidados, con una dieta adecuada, que expresan comportamientos normales y experimentan un bienestar positivo pueden no aparecer en ninguna bibliografía.
