La tortuga de patas rojas (Chelonoidis carbonaria) es una especie apreciada por los aficionados a las tortugas terrestres debido a su tamaño, atractivo aspecto y a su fácil mantenimiento.
Álex Pérez
Aunque la coloración varía según la localidad de origen, en general, tiene el caparazón oscuro y la areola central de las placas amarillenta. Aún con variaciones, las patas y cabeza aparecen con manchas rojas, naranjas o amarillas. Los machos suelen tener un tamaño ligeramente superior al de las hembras llegando a superar los 30 cm. Tienen el plastrón cóncavo y la cola más larga, además el caparazón es más largo, aplanado y presenta un estrechamiento en el centro.
Aunque no se han descrito subespecies de esta tortuga, puesto que habitan una región muy extensa, existen variaciones en tamaño y coloración que deben de tenerse en cuenta a la hora de establecer un programa de cría en cautividad.
Distribución y hábitat
Sudamérica, desde Panamá hasta el norte de Argentina con introducciones en algunas islas caribeñas. Habita principalmente la sabana y los bosques secos, pero en algunas regiones también se la encuentra en la selva compartiendo hábitat con la tortuga de patas amarillas, Chelonoidis denticulata.
Alojamiento en cautividad
Temperatura diurna de 27 ºC, con un punto de calor que alcance los 32 ºC y reducción de la misma a 21-23 ºC por la noche. La humedad debe estar entre el 50-60 %.
Durante el verano pueden mantenerse en el exterior, proporcionándoles una zona de sombra y evitando temperaturas inferiores a 16 ºC. En la instalación deben tener zonas de escondite, una zona de baño y siempre agua fresca y limpia para beber. Un foco UVB nos asegurará una correcta síntesis de vitamina D3 necesaria para la asimilación del calcio. Respecto al tamaño de la instalación, ésta debe ser todo lo grande que se pueda, con un mínimo de 5m² para una pareja adulta.
Dieta
Especie omnívora, consume preferentemente vegetales y fruta madura. En estado salvaje se alimenta también, entre otras cosas, de carroña, presa viva y setas. En cautividad se les proporcionará dieta variada compuesta en un 80 % de vegetales (aprecian las flores rojas y amarillas) entre las que incluiremos berro, lechuga “romana”, escarola y diente de león, entre otras. Evitaremos la espinaca por su alto contenido de oxalatos que secuestran el calcio y crucíferas como el brócoli, coliflor y col de Bruselas deben darse espaciadas y en poca cantidad pues causan bocio. Se les puede dar también calabacín y calabaza.
Como fruta se aconseja melón, sandía, kiwi, kaki, fresa, papaya, mango, naranja, manzana, pera, piña, higos (ricos en calcio) evitando el plátano por su descompensado ratio de Ca:P. Una vez cada una o dos semanas se les proporcionará proteína animal libre de grasa (mejor no dar pienso de perro humedecido o comida de gatos pues su contenido proteico es excesivo). Proporcionarles un complemento mineral para tortugas terrestres también es recomendable y un suplemento de calcio semanal es indispensable; también se les puede proporcionar jibia de sepia para que la muerdan.
Conoce las claves para el mantenimiento de la tortuga de patas rojas Clic para tuitearReproducción
Cuando entran en celo los machos se pelean entre sí. Estas peleas entre machos inducen a la reproducción. Realizan puestas a lo largo de todo el año aunque hay un aumento de actividad estacional. Las hembras deben disponer de una zona de puesta con turba de al menos 1,2 x 1,2 y 0,6 m de profundidad. La puesta varía de 1 a 8 huevos. Estos deben ponerse en vermiculita en proporción con agua de 1:1 e incubarlos a temperaturas alrededor de 30 ºC. El sexo es dependiente de la temperatura de manera que valores de 28 ºC darán machos. El periodo de incubación va desde los 105 hasta los 202 días, con una media de 150 días.
Estatus de conservación
La pérdida de hábitat y la caza son sus principales amenazas. Está incluida en el apéndice II del CITES.
