El caimán enano de Cuvier (Paleosuchus palpebrosus) es el caimán más pequeño del mundo. Las hembras suelen medir poco más de un metro de longitud. Se trata de una especie originaria del norte de Sudamérica y su comercio está regulado por CITES (apéndice II). Su reproducción es bastante compleja y poco conocida.
Gracias a la comunicación y a la colaboración que hay entre los zoos y acuarios pertenecientes a AIZA (Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios), entre los que se encuentra el Acuario de Zaragoza, se pueden intercambiar y/o ceder especies de animales para poder reproducirlos. Se busca así mejorar el conocimiento de la biología, desarrollar protocolos de manejo y mantenimiento de estas especies, con el fin de diseñar proyectos de conservación que puedan reforzar las poblaciones silvestres.
Por este motivo el Acuario de Zaragoza estableció contacto hace un tiempo con centros AIZA que tuvieran excedentes de esta especie y poder desarrollar un programa de cría en las instalaciones mañas. En el acuario de Zaragoza actualmente viven un macho (que vino en 2018 del Acuario de Sevilla, actualmente tiene 15 años) y dos hembras (una de ellas procedente del Zoo de Barcelona en donde nació hace 13 años y la otra de un particular) de Caimán de Cuvier.
Una situación peligrosa
En esta especie el macho tiene un tamaño mucho mayor que el de la hembra (dimorfismo sexual); puede triplicar el tamaño de esta, por este motivo el momento de la unión de dos caimanes de esta especie es una situación peligrosa. Por todos es sabido que los cocodrilos y los caimanes son grandes depredadores, se alimentan de todo tipo de animales y entre estos se incluye en su dieta a otros caimanes más pequeños.
Hace tres semanas que el macho (procedente del Acuario de Sevilla) y la hembra (procedente del Zoo de Barcelona) que comparten la misma instalación, pero separados por una barrera de troncos que impide que estén juntos, pero que permite que se vean y huelan, en definitiva, que se vayan conociendo y acostumbrándose el uno al otro. Este es el protocolo que se sigue con la mayoría de las especies en los zoos y acuarios, un periodo de aclimatación a la nueva instalación, nuevo grupo de animales, para que el “nuevo” no sea objeto de posibles agresiones.
Vigilancia constante
Al pasar este tiempo prudencial de casi un mes, en el que el personal técnico del Acuario de Zaragoza ha observado que el comportamiento de los ejemplares de caimán enano era el adecuado, llegó el momento retirar la barrera que separaba a la pareja y que ambos ejemplares pudieran “conocerse” sin barreras. Este paso es crítico, ya que, aunque ha pasado un tiempo prudencial para que se acostumbrasen el uno al otro, pueden tener un comportamiento agresivo en el momento de desaparecer la barrera.
Por este motivo la vigilancia por parte del personal del acuario ha sido constante en todo momento, durante los primeros minutos “sin barreras” han estado separados el uno del otro, pero cuando han establecido contacto visual, se han acercado y han comenzado con las danzas del cortejo. En cocodrilos y caimanes es un comportamiento complejo y muy curioso. Por fin, al cabo de un rato se han producido las primeras cópulas, con lo cual queda esperar que todo haya salido bien y en unas pocas semanas puedan hacer el nido (en la zona de playa) y realizar la puesta.
En un mes podremos saber si la hembra tiene huevos
Esta especie alcanza la madurez sexual a los 8 años en el caso de las hembras y alrededor de los 6 años en los machos. Hacen un nido en la arena de unos 125-145 cm de diámetro, que cubren con barro, arcilla, hojas, etc.
El periodo de incubación de los huevos suele ser de 90-95 días, suelen poner unos 14 huevos de media de un tamaño de 3,8-6,7 cm. La superficie de los huevos es rugosa (similar a la de una pelota de golf).
Cuando eclosionan los caimanes miden de 22 a 24 cm de longitud y pesan de 38-43 g. Al igual que en los cocodrilos, los caimanes emiten sonidos dentro del huevo que alertan a la madre y al resto de “hermanos y/o hermanas” que se acerca la hora de “salir del huevo”.
Esta especie no se reproduce habitualmente y tanto las crías, como la información obtenida durante el proceso servirán para mejorar las poblaciones de esta especie tan especial de caimán enano.