Las mejores dietas para aves

Conocer las distintas dietas para aves es importante para cubrir bien sus necesidades nutricionales.

¿Cuál es la mejor dieta para aves granívoras y frugívoras? Entre las primeras están loros, palomas, gorriones y canarios, mientras que en las frugívoras entran tucanes, algunas palomas y aves del paraíso. Sus necesidades alimenticias cambian si son aves en cautividad o si están en libertad.

Dieta para aves granívoras en libertad

Se centra en un gran abanico de granos (semillas de gramíneas) y otras semillas y frutos secos cuya composición nutricional es desconocida en la mayoría de los casos. Muchas aves granívoras de zonas templadas son facultativas, ya que deben cambiar su dieta durante los meses del año en los que hay menos disponibilidad de granos y semillas. En cambio, las especies que los encuentran en cantidad suficiente durante todo el año son granívoras obligadas.

Las semillas se caracterizan por un elevado contenido en almidón y cantidades variables de grasa, bajos niveles de fibra (sobre todo para las especies que descascarillan el grano antes de su consumo), y niveles entre bajos y moderados de proteína. Es importante destacar que el balance de aminoácidos en los granos y semillas es pobre en comparación con el balance requerido en ciertos momentos del ciclo biológico de las aves y, aunque éstas tienen cierta capacidad de selección para minimizar estos desequilibrios, muchas veces necesitan fuentes alternativas de proteína. La mayoría de granos tienen muy poco calcio y fósforo digestible.

Dieta para aves granívoras en cautividad

Las semillas de cultivo suelen ser mucho más digestibles que aquéllas que las aves granívoras consumirían en libertad. Aún así, cuando se las alimenta en cautividad con granos y semillas es importante que la mezcla se haga a conciencia y conociendo bien el balance de aminoácidos de cada semilla, sin olvidar los demás nutrientes (vitaminas y minerales). A pesar de ello, es muy probable que las aves acaben seleccionando los granos utilizando criterios sin una base nutricional sólida, y por lo tanto, corriendo el riesgo de que su selección presente ciertas deficiencias. Para evitarlo y prevenir enfermedades de las aves, se puede optar por un alimento completo. Existe un abanico de productos de calidad que pueden utilizarse con éxito para alimentar aves granívoras. El producto debe ser seleccionado en función de la composición nutricional, y puede complementarse con una pequeña proporción de semillas, frutas y/o insectos, según la especie en concreto.

Dieta para aves frugívoras en libertad

Las aves frugívoras son aquéllas que consumen principalmente frutas blandas con un elevado contenido en agua y, por lo tanto, diluidas desde el punto de vista nutricional. Dentro de este grupo podríamos distinguir aquéllas que consumen frutas diluidas, con un contenido elevado de hidratos de carbono y niveles bajos de aminoácidos y grasa (como las peras, manzanas o naranjas) y las que consumen frutas “concentradas” que contienen un mayor nivel de proteína, grasa y menos azúcares (como el aguacate o los dátiles). Sin embargo, es importante destacar que incluso las frutas diluidas consumidas por las aves en libertad tienen una composición muy distinta de las disponibles en cautividad, las cuales han sido seleccionadas para satisfacer el paladar humano: contienen grandes cantidades de azúcares simples y son pobres en proteína (aminoácidos), grasa y fibra. Además, las frugívoras raramente consumen únicamente fruta. Muchas de ellas complementan su dieta con materia animal (principalmente invertebrados) en determinadas épocas del año o incluso durante todo el año.

Dieta para aves frugívoras en cautividad

Para alimentar a una frugívora en cautividad es preciso tener en cuenta la composición de las frutas que consume y conocer qué ingredientes completan su dieta. Puede ser necesario añadir algunas verduras para mimetizar el mayor aporte de fibra y aminoácidos de las frutas salvajes. También debería añadirse una fuente adecuada de proteína de origen animal. Hoy en día existen varios productos comerciales formulados para aves frugívoras que pueden aportar una buena base nutricional constante a estas especies cautivas. Para preservar el estado de salud de las aves debe seleccionarse el producto más adecuado por su composición y características, teniendo en cuenta el resto de ingredientes de la dieta.

En caso de no disponer de un producto comercial, debería contemplarse el suministro de un complejo vitamínico-mineral, ya que la fruta y la verdura suelen tener niveles muy bajos de calcio y de algunas vitaminas liposolubles (como la E o la D). Sin embargo, siempre que se contemple la utilización de un suplemento, deberá escogerse a conciencia, procurando que aporte solamente aquellos nutrientes que no estén bien representados en la dieta, y midiendo escrupulosamente la cantidad a ofrecer. Un suplemento mal seleccionado o un abuso de éste puede llevar a estados carenciales de nutrientes ya cubiertos con la dieta y/o a niveles tóxicos de otros.

Uno de los problemas nutricionales más frecuentes en aves frugívoras es el depósito de hierro en algunos tejidos como el hígado o el riñón. Se conoce como hemosiderosis, y cuando este depósito daña los tejidos se denomina hemocromatosis. Los mecanismos por los que se produce son complejos, multifactoriales y todavía no se conocen en profundidad. Sin embargo, en general, la hemosiderosis de origen dietético puede atribuirse a un exceso de hierro y de potenciadores de su absorción intestinal y/o a una falta de agentes quelantes de este mineral presentes en la dieta natural y no en la dieta en cautividad de estas especies. Por ello, algunas de las recomendaciones que se dan para las aves frugívoras es que las dietas tengan niveles bajos de hierro (<70 mg/kg de dieta en peso seco) y de vitamina C, ya que ésta potencia su depósito en el hígado.