Diez puntos esenciales para el bienestar de los loros

En los comercios se debe instar a los nuevos propietarios a ser consecuentes con la responsabilidad a la que se van a enfrentar cuando adquieren un animal de compañía.

Rafael Zamora Padrón
Loro Parque Fundación

Cuando asesoramos a un cliente interesado en adquirir un loro en nuestro establecimiento, debemos considerar al menos diez puntos esenciales para el bienestar del animal.

1Conocer la procedencia del loro

Debemos elegir a los proveedores cuidadosamente para poder asegurar al propietario que el loro proviene de un criadero serio donde se siguen estrictas normas de control sanitario.

2¿Es la casa del posible comprador lo suficientemente grande para la especie que quiere adquirir?

Aves voluminosas, como los grandes guacamayos, son impensables si el hogar del futuro propietario no reúne las medidas oportunas para que los individuos puedan convivir con él mínimamente cómodos. Es impracticable pretender alojar a un loro de este tamaño en espacios reducidos. Sólo su jaula ocupa una gran superficie, ya que necesita hacer ejercicio para estar sano.

3La jaula tiene igual importancia que la especie que va a vivir dentro

Mucha gente planifica la adquisición de un loro con un presupuesto concreto para el valor del ave. Posteriormente reparan en la necesidad de alojarlo. Es todo un conflicto porque, en ocasiones, la jaula cuesta lo mismo o más que la mascota. Jaulones de gama baja o con materiales que no han pasado un adecuado control de calidad dan como resultado accidentes que pueden costar la vida a su habitante. Por otro lado, fuerzan al propietario a realizar una doble inversión propia del rápido desgaste que experimenta una jaula de mala calidad.

El futuro propietario debe ser consciente de que primero debe adquirir el habitáculo y luego comprar el loro.

4Un buen hábitat

¿En qué lugar de la casa va a vivir el loro? ¿En un balcón a la intemperie? ¿En un sitio fijo? ¿Qué exposición solar va a tener? Son preguntas que debemos hacer al cliente de forma obligada. La posibilidad de colocar a un ave en lugar tranquilo, con exposición solar moderada, al menos una vez en el día, debe ser una premisa indispensable para garantizar una vida saludable para la mascota. Si el cliente no dispone de las condiciones adecuadas que garanticen el bienestar de su loro, debemos hacerle desistir de que adquiera uno.

5Adquisición de conocimientos

Es indispensable que el futuro propietario conozca todo lo posible la biología del loro para que comprenda mejor sus comportamientos y necesidades. El comerciante no sólo debe ofrecerle unos primeros consejos, sino que puede recomendarle libros. La consulta de literatura especializada le permitirá proporcionar al ave una dieta adecuada en cada momento y adquirir nociones básicas de avicultura. Este tipo de conocimientos le evitará tener desagradables sorpresas.

6Normas de seguridad

Las mascotas aladas pueden escaparse en cualquier momento. Por ello, hay que tomar todas las precauciones desde un principio. Que el propietario tenga un plan de captura le permitirá actuar rápidamente en un momento en el que podría estar completamente bloqueado por la sorpresa. Hay que tener especial cuidado con las puertas de guillotina, sobre todo si se alojan varios loros en su interior. Uno la abre y el otro escapa. Si se deja al ave en libertad dentro de casa, las ventanas deben estar cerradas y las cortinas deben estar colocadas por delante con el fin de evitar choques fatales.

Los candados con combinaciones numéricas pueden ser abiertos fácilmente por loros tan audaces como las cacatúas. Estas aves pueden memorizar la combinación y armados de pico y lengua son capaces de lograr numerosos aciertos. Una ubicación segura también es persuasiva para los amigos de lo ajeno que no esperan a que nuestro loro escape de su jaula.

7Higiene por encima de todo

Si el propietario quiere disfrutar y aprender a la vez, existe una tarea obligatoria con un loro: limpiar. El proceso de higiene del recinto implica una interacción frecuente con el ave que pronto es comprendida y aceptada por el animal y que se traduce en una respuesta positiva.

El propietario puede aprovechar el momento de la limpieza para ver qué ha hecho la mascota en su ausencia, si ha comido y defecado bien, etc.

Con la jaula recién limpia, el placer no es sólo para el dueño, sino también para el loro que estará más saludable y más estimulado. El propietario puede disfrutar viendo cómo el animal, después de la limpieza, se muestra más activo, tiene ganas de comer, de bañarse, etc.

8Estímulos sociales

Los loros parecen enamorarse perdidamente de algunos miembros de la casa. Esto no es malo, pero las circunstancias pueden cambiar y repentinamente la situación familiar puede variar.

Recordemos, además, que los loros viven muchos años. Normalmente estos cambios suelen ser un desencadenante de problemas, del mismo modo que lo puede ser una modificación de horarios.

Para solucionarlo, el propietario debe estar abierto, desde un principio, a la idea de incorporar otro loro a la familia; que no necesariamente tiene que ser de la misma especie. De esta manera se ofrece una interacción social adecuada en los momentos de soledad. Esto es importante, sobre todo, cuando el loro va alcanzando la madurez.

9Detección de enfermedades

Los veterinarios especializados, cada vez con más frecuencia, se quejan de lo tarde que llevan a clínica los loros afectados de una u otra enfermedad. En líneas generales, demasiado “a última hora”. Tal es así, que la mortalidad en estos casos suele ser una consecuencia irremediable.

Que el propietario conozca a su loro perfectamente le permitirá percibir los cambios que indican que algo no va bien. Es preciso que se lleve el animal al veterinario cuanto antes tras su adquisición y luego someterle a exploraciones periódicas, al menos, una vez al año. Esto evitará sorpresas y el propietario podrá disfrutar de un loro sano y fuerte durante muchísimos años.

10Disfrutar de su compañía

La observación del comportamiento del loro es lo que más deleite puede producir al propietario. Sólo tiene que buscar el tiempo necesario para ello y hacerlo. No se trata de una imposición, es algo que no se piensa, simplemente se desea y se disfruta. El día en el que el propietario lo vea como una obligación será mejor que busque un nuevo hogar a su loro.

El principio de dar para recibir se ve ampliamente expresado con un loro, pero multiplicado por cien. Si quien mantiene un loro en casa hace bien sus deberes, su ave corresponderá a sus cuidados de forma sobresaliente.