7 consejos para un día de playa con el perro

En pleno mes de verano y de calor, uno de los planes más apetecibles es disfrutar de un divertido y refrescante día de playa. Por suerte para todos los que compartimos nuestro día a día con animales cada vez hay más playas habilitadas donde se puede ir acompañado de perros.

 

Es posible que a muchos propietarios les surjan algunas dudas sobre:

• cómo organizar la salida
• qué es importante considerar
• cómo contribuir a que el perro se sienta cómodo en este espacio nuevo para él

Purina, junto a su equipo de expertos, explica algunos consejos importantes para tener en cuenta para que el día de playa sea todo un éxito. Recomienda a tus clientes algunas pautas para cuidar de ellos de forma responsable.

1. Evitar las horas punta de sol

A la mayoría de perros les encanta disfrutar de los rayos de sol y absorber Vitamina D, pero es recomendable intentar evitar de las horas donde este es más intenso y las temperaturas más elevadas: en concreto de 12 a 16h. De este modo, nos aseguramos de que la temperatura corporal del perro no sea demasiado elevada y evitamos posibles quemaduras en la piel.

2. ¡Hacerle sentir cómodo!

Que entre poco a poco al agua: para que el perro disfrute del agua, es mejor que lo haga a su ritmo. Hay algunos que se meten de forma instintiva, pero para otros puede ser algo traumático si se les obliga a entrar de forma directa. Para ello, los expertos de Purina recomiendan hacer juegos para que sea el propio animal el que vaya entrando de forma progresiva hasta sentirse cómodo.

3. Mantener una buena hidratación

Este es uno de los consejos más importantes a tener en cuenta. Antes de salir de casa, hay que asegurarse de llevar un recipiente donde ponerle agua limpia y fresca. También es recomendable llevar sombrilla y aprovechar la sombra para descansar y recuperar fuerzas después del juego.

4. No meterse al agua si hace mala mar

Es importante que al programar el día de la playa revisar la previsión del tiempo. Si va a hacer mal tiempo, aconseja posponer la salida para otro día. Además, al llegar a la playa hay que fijarse en la bandera y en el oleaje para asegurarnos de que estar en el agua es seguro para nosotros y la mascota. Si no es así, hay que evitar que el perro se meta en el mar.

5. Evitar que ingiera agua de mar o trague arena

Aunque al perro le encante jugar en la playa, hay que vigilar que no coma arena o beba agua salada, dado que ambas actuaciones pueden producirle problemas gástricos e intestinales como diarreas o vómitos graves que podrían acabar en visita de urgencia al veterinario.

6. Asegurarse de que esté identificado

Como sabemos, es obligatorio que el perro lleve el chip identificativo, pero conviene recomendar que siempre que salgan a la calle los propietarios se aseguren de que su perro lleve el collar con sus datos para facilitar la localización si se pierde. Si la playa prevista permite que dejar al perro suelto para que juegue y se divierta en el agua, conviene que lleve el collar con el número de teléfono por si se perdiera.

7. Baño y chequeo

Una vez concluida la jornada, el perro necesitará un baño para desprenderse de la sal y la arena acumulada. Si existe la opción, se puede aprovechar el equipamiento de duchas para perros en la misma playa. Hay que frotarlo bien con agua dulce, y utilizar una toalla para el secado.

De no ser posible la ducha in situ, esperar a llegar a casa, y aprovechar la ocasión para bañarlo con su champú, realizarle un buen cepillado y revisar exhaustivamente sus orejas. Es importante retira la arena y el agua que pueda haberse acumulado en ellas, con el fin de evitar infecciones cutáneas u otitis. Si el perro muestra algún síntoma de dolor en ellas a posteriori, conviene realizar una visita al veterinario.