Los ejemplares nacidos a finales de año están formando grupos y creciendo como juveniles. En estos momentos hay varios aspectos importantísimos en el desarrollo como la capacidad de consumir nuevos alimentos. Para un correcto aprendizaje necesitan variedad de alimentos disponibles cada día. Tan importante es lo que comen como la forma en la que lo hacen.
Imagen cedida por M. Pérez, LPF
Rafael Zamora Padrón Director Científico, Loro Parque Fundación
Cuando las parejas de loros ya van por su segunda o tercera puesta de huevos, los ejemplares nacidos a final y principio de año ya forman grupos y crecen como juveniles. En estos momentos hay varios aspectos importantísimos en el desarrollo de cada uno de ellos. Destaca la capacidad de consumir nuevos alimentos. Dentro de su aprendizaje está:
- la evolución de la agilidad con la que abren las semillas
- el modo en el que escogen qué parte comer de cada tipo de fruto
Para esto necesitan variedad de alimentos disponibles cada día. Porque tan importante es lo que comen como la forma en la que lo consumen.
Estas habilidades en los loros se logran en diferentes fases y curiosamente existen momentos en los que la presencia de otros ejemplares forma parte imprescindible de la mejora de las destrezas en la nutrición.
En Loro Parque Fundación conocemos este aspecto fundamental para el buen crecimiento de cualquier tipo de loro. Y quizá el lector no lo sepa, pero un loro joven que crece solo y aislado, tras ser separado de sus padres, no crece tan saludable como los que lo hacen en compañía de otros congéneres.
Los loros son comedores sociales
Les gusta estar acompañados. Y en el momento de comer ese conjunto desarrolla habilidades motoras, sociales y también de nutrición. Para entenderlo, solo tenemos que poner varios loros jóvenes en aviarios individuales y observar cómo consumen el alimento que les damos todos los días. Veremos cómo seleccionan la comida y solo consumen una pequeña parte de la oferta que tienen delante. Sin embargo, si ponemos a esos mismos ejemplares en un aviario común, la forma de comer cambia de manera sustancial. Parecen tener más apetito y dejan pocos restos. Lo que quiere decir que debido a la competencia que se genera por instinto, se nutren mucho mejor que si vivieran aislados.
Aves bajo nuestro cuidado
Si aplicamos los conocimientos de la naturaleza a lo que ocurre bajo cuidado humano, los beneficios no se hacen esperar porque este concepto permite un avance importante cuando manejamos a los loros juveniles en su desarrollo.
Salud
Estos jóvenes antes de su primer cambio de plumas deben estar fuertes. Y para ello su crecimiento debe ser óptimo concretamente en esta fase donde aún no han terminado de crecer y en la que es vital una constancia de salud para evitar enfermedades propias del desarrollo.
Ejercicio
El ejercicio será otro aporte necesario para convertir el consumo de buenos alimentos en energía de reserva para enfrentar los cambios de clima y los desafíos metabólicos a los que siempre se enfrentan los loros.
Variedad en la alimentación
Una vez que los loros jóvenes antes de su primer año ya se alimentan correctamente, la variedad de formas de alimentos es muy importante y en los lugares donde hay opción de ofrecerles dátiles de palmeras no debe perderse esta oportunidad debido a sus enormes beneficios. Los ramos de dátiles son un enriquecimiento ambiental de gran valor.
Para los países de temperaturas más frías donde los dátiles no se consiguen fácilmente, no hay inconveniente en dar pequeños aportes durante el año de estos frutos en sus presentaciones deshidratadas o incluso congeladas, ya que en ambos casos no pierden sus múltiples propiedades, donde los minerales y las vitaminas están presentes.
Puedes leer el artículo completo en EspeciesPro nº 258
