Mantenimiento de tarántulas

En la segunda parte de este artículo veremos algunos de los cuidados específicos que deben observarse para un buen mantenimiento de tarántulas en casa.

Rubén de Blas Villar
www.infotarantulas.com
Imágenes cedidas por el autor

El mantenimiento de una tarántula en casa es sencillo, aunque para ello se necesita tener en cuenta alguna de sus peculiaridades. Después de repasar las características de estos animales, veamos ahora algunos consejos para su cuidado.

Cuidados específicos

Cada uno de los ejemplares con los que nos podemos encontrar necesita unos cuidados concretos para su propia especie. No todas las tarántulas son tropicales con altos índices de humedad como se puede creer; de hecho, las principales especies que encontramos en los comercios son de humedades relativamente bajas (nunca por debajo del 50 %). Lo principal para reproducir su hábitat en el terrario es confirmar la especie. Si nos aseguramos de la especie podremos determinar los aspectos más básicos: humedad y temperatura, costumbres terrestres o arborícolas (datos importantes de cara a la decoración y forma del terrario). Para darles una vida saludable debemos centrar nuestros esfuerzos en hacer del terrario un hábitat capaz de cubrir todas las necesidades del animal.

Especies terrestres (Brachypelma, Grammostola, Aphonopelma, etc.)

Necesitamos un terrario de al menos 35x30x30 cm (alto, largo y ancho; estas medidas son válidas para la mayoría de especies).

La decoración del terrario para estos animales no suele ser exigente; les proporcionaremos una buena capa de sustrato para que puedan reproducir sus costumbres cavadoras. De esta manera, la araña podrá fabricar su madriguera, donde pasará gran parte del día y a la que acudirá cuando se asuste, para mu­dar, huir del exceso de luz o simplemente cuando busque tranquilidad.

En principio, la capa de sustrato será de un mínimo de 10 cm de grosor, aunque si el terrario es muy alto recomendamos aumentar esta cifra, y es que cuanto más pongamos, más a gusto y mejores madrigueras se podrá fabricar. En libertad, muchas especies hacen túneles de más de un metro de profundidad, y algunas tienen muy marcado el instinto de cavar; es por ello que en estos casos debemos aumentar considerablemente el sustrato con un mínimo de 20 cm.

La fibra de coco, turba rubia o turba negra son sustratos muy adecuados y deben estar libres de químicos u otros añadidos que pudieran ser perjudiciales. El sustrato nos ayuda a mantener un índice adecuado de humedad; para ello rociaremos agua en una parte del terrario buscando el índice deseado para la especie que mantengamos: es importante que el sustrato nunca quede encharca­do y sólo ligeramente húmedo.

Las planchas de madera de alcornoque (corcho) son ideales para fabricar pequeñas cuevas. Estas planchas las podemos encontrar en tiendas especializadas o de forma más puntual en Navidad (para la fabricación de belenes). Muchas tarántulas aceptan con agrado este tipo de refugios y no encuentran necesidad de cavar; algunas además lo ampliarán y adaptarán a su gusto.

El último punto imprescindible para el terrario debe ser la colocación de un recipiente con agua para que se hidraten. Se trata de animales muy resistentes que pueden estar varios meses sin comer ni beber, pero nunca les debe faltar agua limpia. El recipiente no debe ser muy profundo ni demasiado grande: el diámetro ideal será aquel que supere en 2 cm el diámetro del proxoma (segmento donde se encuentran las patas) de la tarántula.

Teniendo el sustrato, el refugio y el agua podemos decorar el terrario a nuestro gusto. Hay que procurar no dotar a los terrarios de una decoración muy cargada, ya que ésta suele convertirse en escondi­te para el alimento vivo. En la mayoría de terrarios será suficiente con poner una foto de fondo con motivos selváticos o semidesérticos buscando similitud con el hábitat natural de nuestro ejemplar.

En caso de no saber o no estar seguros de la especie que tenemos mantendremos unas condiciones ambientales genéricas. Para un biotopo terrestre podrían ser las siguientes:

Temperatura: 28 ºC durante el día, 23 ºC por la noche.

Higrometría: 70-75 % (la humedad es uno de los datos que más puede variar para las diferentes especies. Como esta información es meramente orientativa deberemos procurar ofrecer la humedad adecuada al animal lo antes posible).

Especies arborícolas (Avicularia, Poecilotheria, Heteroscodra, etc.)

Un terrario de 40x25x25 cm (alto, largo y ancho) en principio nos irá bien. El sustrato en este caso no es un factor tan importante, ya que rara vez las veremos bajar a él, y su principal función será la de mantener la humedad. No obstante, no es raro ver cómo algunas especies, si necesitan más humedad o aún son jóvenes, buscan un refugio cerca del suelo; por tanto, pondremos al menos 5 cm de sustrato que mantendremos siempre húmedo (suelen ser especies que requieren un alto índice de humedad).

También introduciremos uno o dos troncos de alcornoque huecos en ver­tical lo suficientemente gruesos como para que puedan hacer vida en su inte­rior. Otra opción es poner planchas de corcho en diagonal.

El plato del agua, al igual que con las terrestres, no debe faltar, aunque el género Avicularia y algún otro se libre de esta norma, ya que beben exclusivamen­te de las gotas que quedan en las paredes del terrario y la telaraña después de haber pulverizado.

Las condiciones ambientales genéricas para un biotopo arborícola serán las siguientes:

Temperatura: 27 ºC durante el día, 22 ºC por la noche.

Higrometría: 85 %.

Siguiendo estos consejos, el propietario podrá disfrutar de un animal sano que gozará de unas condiciones lo más similares posible a las que tendría en libertad.

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Cómo conseguir el calor y la humedad adecuados

En todos los casos el calor se proporcionará a través de una manta o cable térmico. Los situaremos bajo el terrario de manera que no ocupe más del 40 % de la superficie total, o cubriendo una pared del terrario (siempre por el exterior) para garantizar un lugar frío y otro más caliente y darle a la araña la opción de poder elegir. En verano no suele ser necesario utilizar ningún sistema de calefacción. Debemos disponer de un termómetro en todo momento para medir la temperatura y así evitar que ésta sea excesivamente alta o baja.

Cuando disponemos de un número elevado de animales lo más sencillo es suministrar el calor a través de un radiador o estufa. Así obtendremos una temperatura adecuada para toda la habitación. Para evitar temperaturas elevadas podemos conectar un termostato.

La humedad es una cuestión sencilla: se la proporcionaremos humedeciendo directamente el sustrato con agua, o bien (especialmente indicado para arbóreas) pulverizando el terrario al menos una vez a la semana (dependiendo de la especie), prestando atención en que el agua no cai­ga directamente sobre la araña. Para algunas especies terrestres obtendremos los niveles adecuados simplemente con la evaporación del recipiente con agua.

Un higrómetro nos podría ayudar a comprobar que la humedad sea la adecuada. Hay que tener en cuenta que para especies terrestres deberemos situar el higrómetro a nivel del suelo, y para las especies arborícolas a media altura.

La luz en el mantenimiento de tarántulas

Las tarántulas son animales nocturnos. No requieren de iluminación especial que simule la luz solar ni lámparas que aporten UV y tampoco les gusta la luz directa; sin embargo, es recomendable que en la habitación donde estén se reproduzca el ciclo día/noche de forma natural. Todo ello no impide la instalación de bombillas o fluorescentes que pueden ser en­cendidos en aquellos momentos en los que queramos disfrutar de la mera observación de nuestras tarántulas, para el mantenimiento del terrario o durante su alimentación, siempre apagándolos después cada tarea.